Cuates de Australia
El agua, la riqueza
Por Erick Estrada
Cinegarage
Se trata de una comunidad aislada en (y de) un país que presume estar conectado y ser uno. Estamos en medio de un desierto que pide a gritos un par de gotas de agua. Es un conjunto de personas que, hasta donde la inteligente cámara de Everardo González nos deja ver, se tratan cordialmente, sin mayores prejuicios. Están todos unidos porque el tamaño de su círculo es diminuto, se ven, se huelen, están unos con otros hasta cuando quieren pelear y separarse.
El documental de Everardo González habla de ellos, de su normalidad. Y sin embargo, su normalidad es tan lejana a la nuestra, a la del resto del país en que habitan, que merece ser registrada con sobriedad, casi sin intervenir (sepamos de una vez que colocar una cámara ya provoca una modificación en los hábitos del retratado) pero haciéndolo lo suficiente para subrayar lo angustiante sin angustiar. La sobriedad del trabajo de Everardo, su lenguaje y su ritmo se hacen paralelos al paisaje en el que estos hombres y mujeres viven, Cuates de Australia: un relato/retrato austero pero poderoso, como ese lago seco que espera resucitar cuando las nubes negras se desplomen sobre él; es un documental calmo como el horizonte de arenas candentes en el que esta comunidad ve pasar días y noches esperando un par de gotas de agua.
Cuates de Australia es el registro de ese México que muchos quieren olvidar, bronco y noble, oprimido pero jovial, lejano al plan de los que ansían un país hundido en el consumo antes que uno de justicia. Y poco a poco, pasando de un capítulo de encuadres interminables por lo que abarcan, a otro de inspiración y pulso, sin explosiones de color innecesarias pero con una belleza implícita y sonora, esa justicia que se le niega a Cuates de Australia es demandada en la otra gran metáfora del documental: si hacemos del agua riqueza, si transformamos las gotas en pesos, este trabajo es también un deseo enmarcado en la solidez de sus encuadres, en la frescura de sus personajes, en ese efecto de tornillo que aprieta y profundiza sin hacer apenas ruido, de un lugar en el que todos tengamos lo que se necesita, en el que la riqueza (material, en educación, en oportunidades) llueva sobre todos y no solamente sobre unos pocos.
Everardo ha escogido esos rostros para hablar de lo que se hace mal y ese mal es el agua negada, el dios que observa y no concede, la política que excluye y privilegia. No hay banderas, no hay reclamos, no hay escándalos. Cuates de Australia es una bellísima reflexión que se acomoda en las pisadas de los caballos muertos en el camino esperando al futuro, la oportunidad, el agua, la justicia.
Cuates de Australia
(México, 2011)
Dirige: Everardo González
Guión: Everardo González
Fotografía: Everardo González, Eduardo Herrera