El premio, crítica. Película de la semana 1

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El premio
Las fronteras
Por Erick Estrada
Cinegarage

Una madre y una hija viven en las fronteras. Es la Argentina de la dictadura, la frontera entre la libertad y el fascismo, dolorosa materialización de un machismo que las coloca en otro borde, ese que se dibuja entre hombres y mujeres cuando un género quiere dominar al otro, es su universo frente al de la dictadura. Están además en el fin del mundo, allá donde es verano cuando en nuestro hemisferio es invierno. Su casa -una estructura que apenas se sostiene- dibuja otra línea, una que divide la suprevivencia de la vida cotidiana que estas dos mujeres -una adulta la otra con apenas años suficientes para saber leer y escribir- se empeñan en conservar: ir a la escuela, comer, cenar, pasear.

En ese contexto, la última frontera en que Paula Markovitch, -la directora debutante- las coloca es una entre la vida y la muerte, una vida casi estéril que vemos en esa playa interminable en que está de pie su casa, y la muerte, ese mar que tantas veces ha jugado el mismo papel en otras historias. De tantos cruces que pasan sobre sus cabezas, estas dos mujeres viven así, entre la vida y la muerte, entre la libertad y la dictadura, entre un futuro de escape permamente y un presente detenido, vivo sólo gracias a las olas del mar.

Los planos son abiertos, prolongados, los detalles visuales pocos pero oportunos. Los diálogos y el punto de vista infantil, el de la niña, se contraponen con la gravedad de la situación ejemplificada en la madre: dureza, persecusión, escape, paranoia y desesperación. Y es la niña la que cuenta todo lo que descubrimos, los peligros que se sortean sin saberlo, la mirada dictatorial que padece todo un país (toda una humanidad) detectada en la rudeza y bestialidad del sistema escolar que, como en las salas de tortura de la dictadura, obligan a muchos a soltar nombres, a doblarse, a desmontar su conciencia.

Las actuaciones son casi espontáneas, pero responden a un muy bien cuidado guión que provocó, alegremente, que a la misma película con dos finales distintos (la versión que se estrena en estos días es la mejor, sin duda) se le premiara en dos festivales de cine mexicanos tan diferentes como son Guadalajara y Morelia. En ese guión, especialidad de Markovitch (Temporada de patos, Lake Tahoe), hay desesperaza y detalles que, a fuerza de insistir en esta frontera en el fin del mundo, iluminan de repente y endurecen también el punto de vista de la niña, surgido sin duda de las memorias de la directora compartidas con su familia.

Implosiva, en oleadas y en medio de las dunas de su playa, El premio desenreda poco a poco la imagen de una humanidad a la que le hacen falta aún muchas libertades y entrega todo en un final intenso, dolido, solamente iluminado por el tono naif de su narración pero no por ello impedido de rigor dramático y, sobre todo, cinematográfico.

El premio
(México-Francia-Polonia-Alemania, 2011)
Dirige: Paula Markovitch
Actúan: Paula Galinelli Hertzog, Laura Agorreca, Sharon Herrera, Viviana Suraniti
Guión: Paula Markovitch
Fotografía: Wojciech Staron
Duración: 115 min.

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