El planeta de los simios: confrontación. Película de la semana 2

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El planeta de los simios: confrontación
La especie maldita
Por Erick Estrada
Cinegarage

La película abre con el big close up de un simio de mirada limpia e inteligente, pero maquillado de guerra. Ha salido a cazar con su manada, machos armados con lanzas y cuerdas. Sus miradas denotan la agresividad necesaria en una especie que domina al mundo, un mundo que desde hace 10 años cayó en desgracia y casi vio llegar a la extinción a otra especie que presumía su mirada limpia e inteligente: los humanos.

El bosque es húmedo, frondoso, salvaje, como salvaje presumía no ser el humano que casi provoca su propia extinción gracias a la creación de un virus que mañosamente fue bautizado como “Fiebre Simiesca”, un juego politico que siempre ha dado resultado: culpar a los demás y evadir responsabilidades.

Desde ese big close up Matt Reeves (director) elabora mitad en materia digital, mitad en binaria realidad una secuencia de acción que, querámoslo o no, emula a aquella de 1968 en que Charllton Heston era capturado por los simios parlantes que dominan el planeta. Todo ha vuelto a comenzar a pesar de que vivimos en un mundo distinto con reclamos diferentes.

Si bien en El planeta de los simios (R)evolución (EUA, 2011) el discurso nos orillaba a la reflexión sobre qué tan inhumanos se han vuelto los humanos en esa arrogancia cientificista y positiva, ahora y sin negar aquella aportación, con los mismos guionistas -agregando a Mark Bomback– evoluciona y convierte la lucha de las especies (han pasado 10 años de evolución acelerada de los simios y decadencia biológica de los humanos) en una reflexión sobre si ese nuevo comienzo vale la pena: un cuestionamiento a todas aquellas veces que los seres humanos han sido salvados de la catástrofe, desde Noé (incluido el Noé de Darren Aronofsky), hasta los cataclismos grandilocuentes de Roland Emmerich.

Con movimientos fieles a lo mejor de la ciencia ficción, esta nueva secuela orilla a los humanos y le abre el horizonte a los simios: un futuro post apocalíptico que sabe a original pero que comparte mucho con grandes clásicos del género e incluso con propuestas del cine de terror del siglo XXI como Tierra de vampiros (EUA, 2010).

Con esas raíces, el sello de Prometeo, antes exclusivo de los humanos, está ahora también en las pieles de los simios que han conseguido, literal y figuradamente, controlar el fuego. El humano, por su parte, neciamente depende más de todas las comodidades perdidas en esos 10 años, desde el petróleo hasta las armas. No extraña que mientras los simios cazan en perfecta organización, un grupo de humanos perdidos (en todos sentidos) respondan siempre con armas de fuego ante la presencia del extraño, ese simio que es tan parecido pero al que teme por desconocerlo: la historia universal encapsulada en una nueva secuencia que presagia un enfrentamiento inevitable en la película.

Inevitable es que estas dos especies choquen porque con buen acierto, Confrontación espejea lo mejor y lo peor de ambas, que evolucionaron juntas y que comparten ligas … y si ambos compartimos origen y ahora un destino fatal, la raza humana no tendrá nunca salida luminosa. ¿Cuántas veces hemos comenzado para volver siempre a lo mismo?

En el juego de espejos planteado en la película hay matices de ambos lados, personajes que transforman la colaboración en ejercicios militares (ahí tenemos a un fiel Koba cambiando su saludo a César por un ultra masculino y militarizado choque de brazos); venganzas naturales contra aquello que insistimos en llamar “civilización” (“lo que espanta de los simios es que no necesitan calor, ni luz” dicen atemorizados los humanos). En ambos lados hay una necesidad casi genética de dominar territorialmente al otro, desde el aspecto militar hasta esa nada sutil referencia a la necedad humana de explotar la riqueza en terrenos ajenos sin compartirla con los que ahí viven (la conquista de América, Wirikuta, el Amazonas, etc.). En los dos bandos que ahora se saben unidos en la desgracia hay jóvenes traumatizados, hay quienes empujan a la ciencia y quienes empujan el dominio militar. En ambos lados hay ciudades en llamas (enormes encuadres), unidas metafórica y literalmente en la secuencia de acción que desata el enfrentamiento final, adornada especialmente con ese largo plano sobre un tanque militar, también mini metáfora de que somos lo mismo, somos los mismos y por ello la escapatoria es imposible.

Ahí, de nuevo, salen a relucir las herramientas de la mejor ciencia ficción y aunque sabemos ya que la raza humana no se extinguirá del todo (de hacerlo la película misma perdería sentido), el mensaje es lo suficientemete pesimista como para cumplir su objetivo: estamos marcados por nuestro propio lado oscuro, característica compartida con las especies vecinas. Ni siquiera una nueva evolución eliminará el estigma. Vista así, Confrontación es una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos 10 años.

Ello, hay que aclarar, en una narrativa que también aloja lo mejor del cine de acción y algunos pecados que hay que perdonar para llegar al emotivo desenlace, pecados en el guión que, para acelerase el paso, tiene que olvidarse de toda una ciudad en guerra para entregar un lazo emocional determinante entre César y sus nuevos aliados, y muy útil para marcar aún más la doble naturaleza (bestia-humano) del líder de los simios.

Sobresaliente es, sin embargo, que las secuencias finales se lleven a cabo en el City Hall de San Francisco (bienvenidas las comparaciones con el final de la versión de Tim Burton), local de decisiones políticas tanto progresistas como retrógradas, y que todo ocurra durante un amanecer nublado por nubes de humo militar: figuras cinematográficas que solidifican la propuesta. Y sobre saliente también es que la cinta cierre como comenzó, con el big close up de un simio, aunque la luz de su mirada se ha desvanecido y su inteligencia ha sido traicionada.
El círculo de la evolución es un círculo vicioso.

El planeta de los simios: confrontación
(Dawn of the Planet of the Apes, EUA, 2014)
Dirige: Matt Reeves
Actúan: Gary Oldman, Keri Russell, Andy Serkis, Judy Greer
Guión: Mark Bomback, Scott Z. Burns, Rick Jaffa, Amanda Silver
Fotografía: Michael Seresin
Duración: 130 min.

Comments (3)

  1. Coincido con varios puntos de la crítica, me pareció excelente el tratamiento de esta historia para resaltar lo mejor (y lo peor) de la humanidad. Por otro lado, me dejó la sensación que el guión estaba basado o al menos es un guiño a “Rebelión en la granja”:
    – La rebelión de Koba como el cerdo Napoleón incluso en la traición a Ceasar al igual que a Snowball
    – La justificaciones de los simios de negar todo lo “humano”, al igual que los animales de granja
    – La preocupación por enseñar a hablar y escribir

    Claro que si lo llevamos más allá, es perfectamente la historia del capitalismo vs socialismo

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  2. Excelente critica, este filme superó por mucho mis expectativas, coincido con lo dicho por el redactor, la pelicula maneja el sin fin de ciclos de violencia y destrucción en que como especie estamos envueltos de manera sublime muy al estilo de lo que ya plantea en sus cuentos de scifi el Sr Asimov. En especifico no lo comenta el redactor tal vez solo fue mi perspectiva, pero en la crucial escena de la traicion al lider, el director plantea la escena repitiendo u/o homenajeando (a mi parecer) uno de los asesinatos mas famosos de la historia; El asesinato del mismisimo Julio Cesar por uno de sus mas cercanos aliados y comandantes, os juro que a tráves del la mirada del simio se entrevee la celebre frase “Et tu Brute?”. Sublime, espectacular, que les digo, salí de la sala totalmente maravillado como no lo hacia con una pelicula desde que era un niño. Felicidades Erick, al leer tus líneas me devolviste por un instante a ese peculiar mundo de celuloide, el cine también se puede leer, se han ganado un seguidor en página.

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