Hasta los dientes, crítica. Película de la semana.

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Hasta los dientes.
Las cicatrices hablan
Por Erick Estrada
Cinegarage

En las entrevistas que realiza Alberto Arnaut para desarrollar la estremecedora historia de Hasta los dientes, la gente habla en sus ambientes naturales, desde los escenarios de su día a día. Salas, patios, calles, dormitorios, comedores, se acomodan como una locación perfecta para hablarnos de Javier Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso, los dos estudiantes que de forma trágica toman el centro de la narración y se convierten en ausentes protagonistas.

En una de esas pláticas, un plato de sopa se ve frente a la cámara. El día a día de estos estudiantes se describe con un montaje casi invisible, pero casi invisible porque lo que narra es lo de todos los días, la normalidad que a veces damos por sentada o en la que damos todo por sentado… Pero no en el México de estos años.

En ese plato, cálido, atractivo, hogareño, pacífico, se posa una mosca grosera y negra, sucia y sin invitación. Y Arnaut decide dejarla en el montaje final pues inesperada como es, se transforma en ese momento en símbolo de lo que este director debutante narra: un evento inesperado, injusto e inhumano (¿existe algo más distinto y opuesto al humano que una mosca?) provocará el asesinato de Javier y de Jorge para después ser criminalizados por el Ejército Mexicano, autor del crimen, que tras un tiroteo se encuentra con los dedos entre las puertas y reacciona con una torpeza e inhumanidad brutal pero muy común en la infame guerra contra el narco desatada por el gobierno inepto de Felipe Calderón… Y reacciona contra ellos.

“Iban armados hasta los dientes” fue el pretexto de soldados y autoridades para justificar el asesinato y desde ahí Arnaut teje con delicadeza seca y a veces demasiado inteligente, un documental que escarba en los expedientes del caso pero también en la memoria de quienes lo vivimos a través de los medios, puestos a modo por un sistema político que a su vez trataba de justificar el inicio falto de Inteligencia de esa famosa guerra. ¿Dónde estábamos cuando estos chicos fueron asesinados? ¿Dónde estamos ahora? ¿Qué se hizo y qué se hace? ¿Qué tanto nos provoca o nos debe provocar que este documental se estrene a 50 años de la matanza de estudiantes en el Tlatelolco de 1968, y a unos días de la conmemoración de esa otra matanza trágicamente recordada como Ayotzinapa? ¿Qué pasa en este país que se criminaliza a la juventud que busca su futuro mientras este se le niega a diestra y siniestra?

Sin abusar de uno solo de sus elementos Arnaut presenta con destreza los puntos centrales de eventos tan trágicos y delicados como este. Alejándose del genial artificio de otros documentales que tocan el tema cada uno con su estilo y su filo (La libertad del Diablo, Tempestad, El paso de la tortuga), Hasta los dientes parece entrar en un tono naturalista para subrayar con pulso notable las preguntas y los errores de ese caso y de cientos parecidos: la falta de estrategia en el combate al narco en México, la negación de la gente, harta de esconderse, a autoimponerse un toque de queda que elimina sus libertades y muchos de sus derechos; la trágica tristeza que sienten las familias (antes de saber la cruel verdad) de que Javier y Jorge corren peligro pues están en manos del Ejército, los altos mandos que se lavan las manos cuando las cosas están hundidas en la mierda.

Se muestran entonces, con la rabia de un caso no resuelto, las balas en los muros, en los pilares, incrustadas en la nueva realidad después del asesinato. Son las cicatrices reales y figuradas, abiertas y parlantes, que se oponen al juego al que autoridades y medios apuestan: al cansancio de la gente, al desgaste, al olvido. Contrario a ello, hay, hubo y habrá respuesta de la gente y Hasta los dientes no omite su presencia. Siguiendo de forma orgánica la transformación del caso, la esperanza que comunica la película está ahí, en la respuesta inesperada de familiares, amigos y estudiantes.

Con el golpe de la imagen directa, sin maquillajes, Hasta los dientes muestra la transformación de una realidad a la que el mismo documental contribuyó a modificar, cumpliendo y siendo parte del ciclo de un trabajo tanto periodístico como artístico, ciencia social ejecutada para ejecutarse. Es el brillante escupitajo en la cara a un grupo de autoridades que en su ineptitud pretenden que el asesinato de dos estudiantes que no pertenecían a las altas esferas de la clasista y racista sociedad mexicana se quede el el silencio, en el olvido. Imposible, estamos ante una herida abierta y ahora, con el documental frente a nosotros, parlante.

CONOCE MÁS. Esta es la entrevista de Erick Estrada a Everardo González, director del documental La libertad del Diablo, que también cuestiona las razones y resultados de la guerra contra el narco.

Hasta los dientes
(México, 2018)
Dirige: Alberto Arnaut
Guion: Alberto Arnaut
Fotografía: Jaiziel Hernández Maynez
Música: Carlo Ayhllón
Duración: 105 minutos.

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