Cazafantasmas, crítica

5

Cazafantasmas
La chica fantasma
Por Erick Estrada
Cinegarage

Cuando un científico medianamente renombrado declara haber visto fantasmas y decide cazarlos y estudiarlos puede ser calificado como un loco, incluso como un loco divertido.

Por el contrario, cuando una científica reconocida y contratada por una universidad declara ver fantasmas y sugiere que pueden ser objeto de estudio, la respuesta extra a llamarla loca es decir que todo es producto de sus hormonas desbalanceadas, de la menopausia, de la falta de sexo.

La respuesta ante ambos casos es completamente diferente y aunque esa respuesta pueda estar dividida en los mismos capítulos, los hechos y los acontecimientos que ocurren en esos capítulos son y deben ser distintos. Años después de que ese científico fuera declarado un lunático para que después el alcalde de Nueva York pidiera desesperado su ayuda, llega en la versión femenina –Cazafantasmas– una respuesta adecuada y certera del lado femenino, tan certera que en un momento culminante los rayos que atrapan fantasmas apuntan directo a las traslúcidas pelotas de un pseudo terrorista que ahora ocupa el lugar amenazante que los fantasmas del pasado tenían en la película de Ivan Reitman.

Así, poco a poco, se suman las cualidades de esta nueva versión que, aclaremos de una buena vez, nunca busca competir con la de 1984 sino utilizar su infalible estructura dramática. Esta, la versión de Paul Feig, estudió y comprendió el enorme éxito dramático de aquella pero en lugar de replicarla groseramente la coloca en el horizonte femenino incluyendo bromas, lenguaje, jerga, enfoque, intensidad, humor y sobre todo, poder, el poder femenino. En otras palabras, los capítulos en los que Feig divide su película (co escrita con Katie Dippold) son exactamente los mismos en que se dividía la de Reitman (aquí productor ejecutivo) pero con situaciones enteramente diferentes. El ejemplo es el “villano” de la historia. Allá, en 1984, un dios oscuro y calenturiento aparece en un sitio privilegiado para ello para después buscar el dominio del mundo. Aquí, un desquiciado con perfil de terrorista esotérico (una amenaza más cercana a nuestra propia realidad) propone un fantasmagórico rompimiento del sistema en que su “genio” ha sido despreciado para conseguir una venganza tan disparatada como desafortunadamente presente en las noticias de nuestros periódicos.

Las implicaciones sociológicas de ambas películas en la ciudad que retratan por separado merecen un análisis extra, y ello en sí mismo daría valor a ambas propuestas pues, claro, ambas lo tienen (allá deshacerse de la vieja ciudad llena de crimen y telerañas, aquí la ciudad blanco perfecto de un ataque provocado por un terrorista tan extravagante que sólo podría pasar desapercibido en Nueva York).

Extra a ello la clara orientación femenina de este discurso, coloca a los personajes frente a la verdadera amenaza: la descalificación oficial, ser acusadas de débiles y “hormonales”, la ignoracia (podemos intuir que por ser mujeres) que del caso hace gala el gobierno de la ciudad, el trabajo sin apoyo, la desacreditación a priori simbolizada en el estupendo gag en el que Bill Murray, aquí convertido en escéptico engreído, les escupe en la cara “¿por qué están ustedes fingiendo atrapar fantasmas?”.

En ese gag la película del 84 acusa a la de 2016 de copia y plagio en una enorme e inocente broma que da vuelta en sí misma para sin querer enjaular las críticas que han diluviado ante la propuesta de Feig: ¿por qué ahora las mujeres hacen el trabajo que solían hacer los hombres? (la realidad siempre superará a la ficción).

Los contratiempos que estas nuevas cazafantasmas tienen que sortear sintetizan también el resto de ataques a la película, ataques que no comprenden el cambio de punto de vista pues, si tuviéramos que cerrar la lista de aciertos de la cinta lo haríamos con el mismo humor con que se defienden estos cuatro personajes: el punto de vista femenino no es contrario, simplemente diferente. Narrar una historia con protagonistas femeninos no representa un “ataque” feminista (el orden simbólico falogocéntrico se ofendió tremendamente cuando vio que estas cuatro chicas tomaban las riendas de su vida/película), sino una multiplicación de opciones, el humor incluido.

Cazafantasmas es pues una enorme broma de disparos incorrectos al humor masculino, intocable para muchos, vulnerable cuando se apunta a las orgullosas pelotas que suele encumbrar a la menor provocación. Una enorme broma atiborrada de incorrección poco gráfica, sutil, rebanada, pero incorrección a final de cuentas. Una enorme broma que antes que guardar incomprensible respeto a una película de culto, decide imitar lo que se pueda para entregar su discurso de la mejor manera: la historia de una mujer a la que de niña acusaban de estar loca y apodaron “chica fantasma” cuando el mundo se enteró que podía detectar algo que los otros no veían (historia además presente en infinidad de niños y sobre todo niñas sometidos por el brutal sistema en que vivimos).

Si eso le hubiese ocurrido a un niño le habrían pedido que diera detalles de su historia en lugar de empujarlo a esconderse y esa es la diferencia que quiere subrayar Cazafantasmas con humor certero, ritmo brutal e incorrecta elegancia (agregando dosis de kitsch al mostrar portales interdimensionales). Probablemente por ello el mundo machista, dictatorial y monocromático, reaccionó tan violentamente al cambio de enfoque. Comprensible, tristemente comprensible.

Cazafantasmas
(Ghostbusters, EUA, 2016)
Dirige: Paul Feig
Actúan: Kristen Wiig, Chris Hemsworth, Melissa McCarthy, Bill Murray
Guión: Katie Dipplod, Paul Feig
Fotografía: Robert D. Yeoman
Duración: 116 min.

Comments (5)

  1. Gracias por tu crítica @mezclillaguarra, a mi si me gusto, pude ver la primera cinta y creo que esta nueva versión es divertida y buena, me gustan las películas donde se combaten las fuerzas del mal sobrenaturales, hubo mucho drama alrededor de esta cinta antes de su estreno, considero que fue innecesario, creo que la mejor parte de la peli es el escuadrón de chicas, todas se especializan en comedia en la vida real, la hacen dinámica, se nota la química entre actrices lo cual refleja en un buen producto, sé que la van a pasar en la tv y dejo los horarios ; las mejores escenas son de Kate McKinnon, amé la parte de como lame su pistola, es una joya; ella es la más cool, genial y ruda, recomiendo la cinta porque visualmente es maravillosa, los fantasmas se ven más reales y detallados, espero haya una secuela.

    Reply
  2. Crticia muy acertada, si bien la película no es la mejor del año, se merece una oportunida (o cuatro, como las que le dí yo), trae buen ritmo, buenos chistes, excelentes efectos visuales y llena de fan-service para los 30añeros nostálgicos. Me gustó y me divirtió mucho.

    Reply
  3. La película no sé si llegue a buena, pero no es mala. El dire lleva rato haciendo esos manifiestos feministas, en tan buena onda que las feminazis ni siquiera lo han notado. Su principal pecado es “versionar” una película (de culto) de Bill Murray (de cultisísimoo), quien con su sonrisa pa dentro resolvió los problemas existenciales de muchos niñitos que descubrieron el “Séptimo Arte” en la anodina “Perdidos en Tokio”.

    Reply
  4. Creo que es la primera vez que estoy de acuerdo con una crítica de Erick Estrada. Una verdadera pena que sea tan criticada y no le den la oportunidad para al menos confirmar las teorías.

    Reply
  5. “Si eso le hubiese ocurrido a un niño le habrían pedido que diera detalles de su historia en lugar de empujarlo a esconderse y esa es la diferencia que quiere subrayar” pero al principio dices que el doctor también ha sido llamado loco.
    No podria estar mas en desacuerdo con su critica. ha pesar de esto el señor estrada Siempre goza de elocuencia en sus criticas y recomendaciones.

    Reply

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *