Costa da Morte
El paisaje
Por Erick Estrada
Cinegarage
Finisterre. Un día como cualquiera ahí donde termina la Tierra… ahí donde termina la vida. Lois Patiño nos lleva ahí, a donde el mar comenzaba lo que la tierra terminaba, al antiguo fin del mundo, de un sólo golpe, con un sólo encuadre que deja que el tiempo se quede.
Lo que importa en Costa da Morte es eso, el tiempo que se termina en la costa donte todo acababa. Patiño hace sentir que lo que parece un paisaje detallado en extremo sobre un lienzo es la delicada película de un día cualquiera ahí en Finisterre. Las voces de sus habitantes -casi en off- hacen sentir el paso del tiempo en conjunción con las olas y las mareas, con las pláticas de los ancianos que hablan de navegantes muertos.
Es el paisaje el que domina el encuadre. El paisaje es la narración. La tierra y el mar son la dialética de estas montañas que se hunden en el agua y de ahí surgen leyendas marineras y las voces, los lamentos y los dolores que provoca el humano en esos paisajes gordos de naturaleza viva.
Esas tres líneas construyen las sensaciones que comunica Costa da Morte: el fin de la tierra, el comienzo del mar, el humano luchando entre ambos y en esos encuadres de paisaje, el hombre termina empequeñecido, sometido a cielos nublados y mares rugientes, cielos que resplandecen y mares que gruñen.
No hay más. En el fin de la tierra no puede haber más que hombres diminutos sometidos al planeta. La muerte debe ser algo así.
Costa da Morte
(España, 2013)
Dirige: Lois Patiño
Guión: Lois Patiño
Duración: 81 min.
