Manto Acuífero – FICUNAM 2014. Crítica.

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Manto Acuífero – FICUNAM
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Por Erick Estrada
Cinegarage

Manto acuífero, de Michael Rowe, es una extraña historia contada (de manera muy acertada) desde el punto de vista más frágil: el de la hija de un matrimonio reconstruido a partir de su propia madre y de su nuevo esposo. Rowe regresa a ese tono seco y árido (a pesar de que su historia ocurre en una casa provinciana rodeada de lo que parece más un bosque que un jardín) que tan buenos resultados le dio en Año bisiesto (México, 2010) para contar los pesares dentro de la cabeza de esta niña, atrapada entre su antigua y hoy resquebrajada familia, la Ciudad de México y una provincia completamente diferente; entre una figura paterna desaparecida y otra a la que tiene que aceptar más forzada que convencidamente.

Lo interesante de la película no está siquiera en su estupenda fotografía, en esos planos que nos sacan de foco a todos los personajes (adultos) y entrega a la pequeña Carolina (la estrella del relato) perfectamente enfocada, resaltándola y otorgándole el protagonismo que sus escasos diálogos quizá le habrían restado. Tampoco está en la probable lectura política de la película: es de manera muy disfrazada una historia de usurpación de poderes, una figura de liderazgo que toma por asalto el lugar de otra pero que en consecuencia se siente débil ante lo inoportuno del cambio. Lo más valioso de la película tampoco está en la continuación de la lista de familias rotas retratadas en el cine nacional (un tema que debe analizarse).

Lo mejor de Manto acuífero es la sorpresa final que, uniendo todo lo que se dijo antes, destaca sin obviedades a un personaje infantil contrariado, rebelde sin escándalos pero que refleja por completo la sensación de descontrol en la que vive la sociedad mexicana, sin líderes reales, en medio de conflictos que nunca debieron ocurrir y a la espera del surgimiento de algo oculto (en las fotos del padre que se esconden debajo de la cama; la presencia “amenazante” dentro de un pozo) que unos ven como un monstruo y otros, Carolina entre ellos, como el regreso a la calma de lo conocido, de lo familiar, pero no por ello menos violento.

Manto acuífero
(México, 2013)
Dirige: Michael Rowe
Actúan: Tania Arredondo, Zaili Sofía Macías, Arnoldo Picazzo
Fotografía: Diego García
Duración: 79 min.

Comment (1)

  1. Al pasar los días después que la vi, me llego a la mente e inevitablemente tuve que compararla con “Parque Vía “. La narrativa visual es lo más estructurado, y los actos de la niña se comprenden en ese espacio pues el cambio/rompimieto de la figura paternalista la mantiene en ese devenir: voyeurista, ausente, etc.
    Rowe se sabe ágil en la tensión dramática, y no es hasta el final que nos muestra a una Caro distinta.

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