Ajuste de cuentas, crítica

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Ajuste de cuentas
Ex buena idea
Por Erick Estrada
Cinegarage

¿Puede una buena idea dar una vuelta de 180º y convertirse en todo lo contario? Cuando uno comienza a ver Ajuste de cuentas se tiene la ligera impresión de que todo es más que conocido. No se debe sin embargo a que Sylvester Stallone interprete a un boxeador y que Robert De Niro haga lo mismo. A pesar de la magitud de Rocky (EUA, 1976) y de Toro Salvaje (EUA, 1980) ambos cuentan con una carrera más allá de ello (quizá en terrenos muy distintos pero igualmente fructíferas) y tampoco es que se nos quiera vender de nuevo la historia del boxeador que necesita una pelea… esperen, sí. Es eso. El guión de Ajuste de cuentas es exactamente igual -condimentos más, condimentos menos- al de Rocky Balboa (EUA, 2006).

En Rocky Balboa Sylvester Stallone (director y guionista) le devolvía mucha de la dignidad a su vapuleado personaje y consiguió que muchos creyeran de nuevo en las historias del box en el cine. En una simulación de pelea en una mega computadora, el viejo peleador es comparado con un jovenzuelo rabioso y al conocerse los resultados a alguien se le ocurre convertir la pelea en realidad. No sale tan mal el asunto si he de dejarlo más claro.

Aquí, en Ajuste de cuentas, maquillan apresuradamente la propuesta, un videojuego entre ambos campeones entra a escena para reunirlos sin que ellos lo quieran, agregan una guapísima Kim Basinger y hacen más obvias las referencias boxísticas, evidencian groseramente la distancia de los viejos boxeadores con el deporte en la actualidad (las artes marciales mixtas, por supuesto), buscan engordar el caldo con algo de humor y referencias directísimas tanto a Rocky como a Toro Salvaje, encajan secuencias de entrenamiento que redundan en todo lo anterior y duelos verbales entre De Niro y Stallone que, de haberles ofrecido una faceta más fresca quizá habrían podido explotar más.

Nada nuevo hay en Ajuste de cuentas. Todos los clichés aparecen en fila para que sepamos que debajo de un guión que ya se sabe refriteado no habrá lugar para malas sorpresas, nada de peligros, nada de maldades.

El box en el cine ha sido campo fértil de duras y recias reflexiones (hablamos, claro, de los mejores casos) y a últimas fechas tanto en ficción como en documental se sentía su renacimiento robusto e interesante. Incluso México con Los últimos héroes de la península (México, 2008) abonó algo a los campos de El peleador (EUA, 2010) del hoy tan de moda David O. Russell, y que llegan hasta el horizonte de Million Dollar Baby (EUA, 2004) de Clint Eastwood. Con Ajuste de cuentas el truco es tan obvio que a muy poco de que todo comienza (cuando se descubren las motivaciones de estos dos viejos gruñones para reencontrarse en un ring de box, cuando la familia toma por asalto su rivalidad, cuando el promotor de la pelea sobra en la historia), queda claro que tenemos una especie de comedia romántico-familiar con un par de sketches simpáticos pero que se hunden en la memoria.

Sabemos además que tratándose de una película de box todo se decidirá en una pelea final. En ella Ajuste de cuentas entrega una lluvia de fades e imágenes que, de nuevo, de tan inofensivas terminan por desinflar un par de momentos interesantes que saltaron como flashes en el ring. El enfrentamiento final es un castillo inflable en el que todos los niños invitados a la fiesta saltan hasta pincharlo: la chica Basinger en personaje que sufre finos pero obvios ataques misóginos (digamos que mucho del odio entre los chicos es por ella y debido a ella); el peleador Stallone jugando al héroe cuando para eso están las películas de Los indestructibles (EUA, 2010); “The Kid” De Niro que ha caído en cuanta trampa le han tendido en Hollywood últimamente; el promotor escandaloso, casi Chris Rock, casi Cuba Gooding Jr. pero ninguno a final de cuentas; los cameos boxísticos que quieren que olvidemos todo y salgamos del cine con una sonrisa; y el padre del boxeador, un Alan Arkin que le inyecta dignidad al asunto pero que huye en cuanto tiene oportunidad.

Una película de box que da un volantazo en el Mustang 1967 que luce Stallone (algo interesante en ella hay), gira 180º y se aplica sola el knockout de la temporada.

Ajuste de cuentas
(Grudge Match, EUA, 2013)
Dirige: Peter Segal
Actúan: Robert De Niro, Sylvester Stallone, Kim Basinger, Alan Arkin
Guión: Tim Kelleher, Rodney Rothman, Doug Ellin
Fotografía: Dean Semler
Duración: 113 min.

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