7 días en La Habana, crítica. Película de la semana

3

7 días en La Habana
Siete rostros del vecino
Por Erick Estrada
Cinegarage

Hablar de una película compuesta por siete historias a cargo de siete directores no debería ser tan complicado y sin embargo, en el caso de 7 días en La Habana sí es un tarea especial. El hecho de que haya siete cabezas hablando de un país que le resulta tan cercano a México tanto geográfica como culturalmente pesa.

Tampoco es que 7 días en La Habana pinte un panorama sombrío o desconocido sobre Cuba y particularmente sobre su capital. Lo que ocurre es que aún con una semana (las historias van del lunes al domingo, cada una ambientada en un día en la ciudad), el gran abanico de colores y sonidos que es La Habana no queda retratado “fielmente”. No se desilusionen, esa tampoco es la intención de la película.

Lo que los siete directores tuvieron como tarea fue recoger el dato y el color que más les atrajera y colocarlo en una historia que, hablando de una ciudad tan cosmopolita como La Habana (a pesar del encierro y el bloqueo), tan europea (es quizá la ciudad que más sabe, huele y se ve a Europa en el continente), tan fugaz y tan permanente, puede ser al mismo tiempo tan fantasiosa como dolorosa, tan festiva y musical.

Ese mosaico es el resultado del grato experimento que es esta película. Subidas y bajadas como en cualquier trabajo de este tipo sí que existen (quizá el segmento en que Emir Kusturica hace de Emir Kusturica sea mi favorito) y la inevitable bipolaridad de unir a tantas cabezas se hace presente por momentos, pero tanto el ejercicio de rodar una película así como de verla es grato y enriquecedor, especialmente si hablamos de un país tan cercano a México pero que ahora desconocemos por una apatía difícil de explicar.

Otro aspecto a considerar. Sin ser una película enfocada a la promoción turística se agradece el vistazo que nos deja echar a las calles y los sitios de La Habana, una papel que tantas -y muchas de ellas malísimas- películas han hecho por ciudades infinitamente más ricas (pero equiparables en muchos sentidos) como Nueva York. Cierto, existe el repaso a ciertos puntos turísticos (ahí está “La Floridita” y las menciones a Hemingway por ejemplo), pero al no ser esa la finalidad última de estos siete cuentos tropicales, quedan plasmados mejor y permanentemente el humor, los sonidos, los gritos, los paisajes y los olores de una ciudad que puede ser cruel y dolorosa (o que se ha convertido en eso gracias a políticas casi todas ajenas a sus habitantes) pero también eternamente colorida y orgullosa de sí misma.

Esos son los puntos a agradecer en una película como 7 días en La Habana, que plasme el espíritu de la ciudad sin sellarlo; que comunique su sentir sin denunciar ni quejarse; que nos deje ver sus rostros sin imponerlos; que nos deje escuchar su acento sin las distorsiones del altavoz; que nos haga cruzar miradas con las calles y las almas, la música, el mar y los rostros de una ciudad capaz de inspirar historias tan humanas como las que tenemos aquí, con todo y lo fantasiosas que algunas llegan a ser.

7 días en La Habana
(7 Days in Havana, Francia-España, 2012)
Dirigen: Laurent Cantet, Benicio del Toro, Julio Medem, Elia Suleiman, Juan Carlos Tabío, Pablo Trapero, Gaspar Noé
Actúan: Josh Hutcherson, Daniel Brühl, Emir Kusturica, Elia Suleiman
Guión: Leonardo Padura
Fotografía: Daniel Aranyó
Duración: 129 min.

Comments (3)

  1. De forma más o menos deliberada, evoca Paris je t’aime y New York I love you.
    También mi segmento favorito fue el de Emir Kusturica, visualmente el más interesante. Con ese contraluz en el el agua y con ese trompetista genial, grande grande grande.
    No se por qué no hacen una película así de mi Ciudad de México.

    Reply

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *