El lugar más pequeño
La tragedia universal
Por Erick Estrada
Cinegarage
El juego de las ausencias es uno bastante recurrido en el cine. Hablar de algo, contar sobre alguien que no está y no estará jamás en la película. Dramáticamente es una herramienta que hace que las ficciones se muevan con otra agilidad, con otras luces. Pero cuando esa ausencia es acomodada en un documental, la dimensión se transforma. Eso es El lugar más pequeño, un documental que habla de cosas perdidas y que por lo tanto no veremos en la cinta. Es la tragedia de lo trasformado sin quererlo y para siempre. Es el retrato de lo que alguien se llevó y no regresará jamás. Es la rapiña que nos deja sin casas y sin iglesias y sin familias, y de eso habla Tatiana Huezo con los que sobran: sobre todo lo perdido, imposible de recuperar.
Cinqueras es el nombre del pequeño poblado en El Salvador al que Huezo se dirige para entender cómo es que todo quedó tan vacío cuando en apariencia lo tenían todo. Fue la guerra civil de ese país lo que hizo que lo que pudiéramos ver no aparezca más y los sobrevivientes que narran lo ocurrido en esta caminata de vuelta al pueblo, se sienten que sobran, que ante todo lo que les arrebataron sería mejor no estar que deambular como fantasmas en un pueblo que de tan amplio y roto ya no tiene cabida para nadie más.
Ese discurso, ya poderoso de entrada -el de el verdadero precio de una guerra (intestina o no); el de la intolerancia que desata a la violencia; el de los ojos inyectados de sangre que impiden ver más allá de nosotros mismos; el de la avaricia que todo lo corrompe; el de un país ignorante de sí mismo y su potencial por culpa de aquellos que se benefician de que el país permanezca ignorante de sí mismo- todo ello adquiere un matiz vital ante el muy peculiar encuadre de Tatiana. Es un documental que a fuerza de cariño a las raíces y de comprensión del problema logra lo que muchos intentan con formas mucho más ambiciosas: universalizar el caso, señalar los errores de su materia de estudio en otros individuos. Las pérdidas de las que habla El lugar más pequeño son las pérdidas de cualquier sociedad que se deje hundir en discursos de violencia y de guerras separatistas, de todos aquellos que crean que la reconciliación es una debilidad y no un cambio de rumbo.
Global como se siente hacia el final, El lugar más pequeño retrata también otra ausencia, la del diálogo y del debate, la de los diferentes que pueden andar el mismo sendero. Esa ausencia causa tragedias y, en el caso de esta cinta, esa tragedia no puede remitirse a un poblado perdido en un paraíso. Tatiana Huezo deja muy claro que esa sería una tragedia universal.
El lugar más pequeño
(México, 2011)
Dirige: Tatiana Huezo
Guión: Tatiana Huezo
Fotografía: Ernesto Pardo
Edición: Paulina del Paso, Tatiana Huezo, Lucrecia Gutiérrez
Duración: 104 min.
