Hace un par de semanas la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos hizo el anuncio: Los premios Oscar entregarán este año un nuevo reconocimiento al que llamarán sencillamente #OscarsFanFavorite.
No se trata del primer intento de la Academia de reconocer de alguna forma a película populares que no logran nominaciones en los llamados “premios serios”. Hace algunos años el intento llevaba por nombre Popular Movie Oscar pero no tuvo un fin satisfactorio. El #OscarsFanFavorite (que en realidad no es un premio ni recibirá un Oscar sino que simplemente será un ganador anunciado la noche de la entrega) está pensad para hacer sentir a películas populares, muchas de ellas con origen en los cómics, que son tomadas en cuenta en un año en el que sus nominaciones son casi nulas a pesar de que algunas de ellas hicieron campaña para se nominadas, incluso, a Mejor Película.
Este nuevo premio popular se lanza en unión con Twitter (lo que nos dice ya a qué público va dirigido y bastante de la credibilidad del mismo) e invita a los usuarios de la red social por votar por la Mejor Película un máximo de 20 veces por día con fecha límite el 3 de marzo. Para votar las personas deben ser mayores de 18 años, residentes legales en Estados Unidos y no tener antecedentes criminales.
Apenas iniciada la votación los números comenzaron a hablar por sí solos. La primera película que se colocó como la más votada fue Zack Snyder’s Justice League pero al tratarse de una versión del director la película era inelegible para el concurso (porque seamos sinceros esto es un concurso). Al ser eliminada de entre las contendientes Spider-Man: sin camino a casa ocupó el primer lugar por algunos días.
Sin embargo a fines de la semana pasada Cenicienta, el musical de Kay Canon lanzado por Sony y Amazon Prime apareció en primer lugar con una cómoda ventaja sobre cualquiera otra contendiente. Esto, por supuesto, no habla ni de la calidad de unas o de los logros de otras pero estos movimientos nos dan una buena pista del nivel de credibilidad de este premio y, claro, del hambre de rating que los premios Oscar tienen en estos momentos.
