Marioneta, crítica.

0

Marioneta
Los hilos de la mentira
Por Erick Estrada
Cinegarage

Marioneta es una mentira, una mentira bien estructurada. Para comenzar tenemos su anécdota, el inicio de la mentira: Ernesto es un actor cubano que viajó a México en espera de conseguir papel en una obra de teatro. Al ser rechazado por la producción se ve obligado a ganarse la vida de otra forma y eso lo lleva a convertirse en maestro de actuación (y mentira) para un grupo de limosneros explotados por un tal Torrico.

Debajo y alrededor de esta anécdota en el guión coescrito por Álvaro Curiel (que dirige la película) y Arturo Arango (El cuerno de la abundancia) navegan muchas ideas a veces tan diversas que resulta gratamente sorprendente ver y saborear cómo todas, improbables en el mismo sartén, embonan con tranquilidad.

En esa lista de ideas que se hacen también propuestas están primero las más evidentes. El inicio de este trayecto hacia un estupendo drama urbano es el surreal viaje de Ernesto que pasa de pisar el escenario de uno de los teatros más importantes en México a enseñar a mentir a una banda de pordioseros que nunca han escuchado su nombre. Ernesto es ahí el migrante atrapado en una burbuja casi fantasiosa como lo estuvo Silverio en la comedia anticapitalista Acorazado (México-España-Francia, 2010), auto referenciada en un importante cambio de rumbo en esta película. Pero es también el actor que desde su pequeña y plástica palestra despliega ante nosotros las posibilidades de la mentira. Actuar es la profesión de la mentira, es la mentira profesional. Muchos sabemos mentir -y mentimos- todos los días a veces casi de forma profesional, justo como lo hacen los limosneros a los que adiestra Ernesto. ¿Todos somos actores o es que todos mentimos?

Al volver al interior de la película su discurso comienza a desenvolverse entre los turbios negocios de Torrico y las verdades a medias que sueltan sus secuaces, vigilantes de Ernesto, quien acostumbrado a mentir profesionalmente se nota demasiado ingenuo ante una realidad llena de velos como lo es la realidad chilanga, llena de cajones, de capas, de niveles de realidad. Las preguntas se transforman: ¿por qué mienten los personajes de Curiel? ¿Qué tanto deberíamos creer lo que dicen? ¿Nos da ventaja saber que el tema de la película es la mentira y sus rostros?

Nuevo giro: Ernesto enseña, se convierte en un profesor atípico. Si bien su idea inicial es sacar algo de provecho de esta bizarra experiencia, Marioneta deja claro que busca (no sabemos qué tan voluntariamente) expresarse a través de más capas. Llegamos primero a las ideas de que la enseñanza vale tanto como la ejecución (se dedique uno a la actuación o no), que enseñar es ser. ¿Quiénes son entonces los personajes de Curiel? ¿Por qué mienten si es que mienten? “La gente cree lo que le conviene creerse” se dice a media película. ¿Qué nos conviene creer de todo lo que cuenta Marioneta? ¿Qué es eso oculto que a veces se asoma y otras se agazapa en las capas de la película? Capas que saben a metáforas sobre el ser del actor, las trampas que se le ponen, las manipulaciones de las que son objeto, las tentaciones en las que caen o son obligados a caer. Capas que son mentiras que al confrontarse con la nebulosa realidad de la película traslucen un tejido más complejo entre los personajes, una historia no dicha pero palpitante en lo oscuro, en esos otros niveles que todo esto sugiere pero no busca poner en el primer plano.

Marioneta es una serie de historias dentro de una historia, casi surreal, casi irreal, casi post real. Porque el ejercicio narrativo que desarrollan Curiel y Arango está basado en la mentira y sus posibilidades. Mentira es engaño y en ese engaño se incuba aquí una realidad durísima, dolorosa, la historia debajo de lo que pensábamos era la historia y que además justifica el nombre de la película, un tanto ingenuamente pero con el sello necesario para hacer de su final una posibilidad de reflexión ya no de Ernesto, nuestro aparente protagonista, sino de los personajes que danzaron a su alrededor a lo largo de 109 minutos y que saltan de repente a un primer plano que nunca quisimos darles.

Marioneta es una mentira estupendamente estructurada que remata su caldo de ideas con una final. Nos ha mentido con el firme propósito de sacudir una pregunta importante: así como ocurrió con estos personajes ¿qué hay detrás de las caras que ignoramos en las calles, todos los días, todo el tiempo? 

CONOCE MÁS. Esta es la entrevista que Erick Estrada le hizo a fernando Frías, director de la película Ya no estoy aquí.

Marioneta
(México, 2019)
Dirige: Álvaro Curiel
Actúan: Fátima Molina, Rafael Ernesto Hernández, Juan Manuel Bernal, Nicolasa Ortíz Monasterio
Guión: Arturo Arango, Álvaro Curiel
Fotografía: Guillermo Granillo
Duración: 109 minutos.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *