Esto no es Berlín. Crítica. Película de la semana.

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Esto no es Berlín
Esto es el cambio
Por Erick Estrada
CinegarageFICM 2019

“Evitemos la nostalgia” parece decir Hari Sama en su, sin embargo, autobiográfica, evocadora, inspirada película en la que el México de fines del siglo XX aparecerá ante nosotros con la falsa nitidez de la memoria, con la certeza mentirosa de quien cuenta lo ocurrido, con una mano ya pulida a través de trabajos documentales de peso y estupenda consistencia. Están los elementos: la aparente pérdida de brújula de un adolescente, los primeros enamoramientos, los encuentros intergeneracionales que abren puertas y siembran puentes interdimensionales, la brecha generacional, los despertares y las desilusiones. Pero Sama evita con habilidad la utilización de esos elementos y con la madurez suficiente para dejar de enamorarse de sus memorias les da un nuevo significado sin llegar al mismo sitio de siempre (la historia de entrada a la madurez edificante y tranquilizadora de nuestros tiempos). En su lugar logra hacer de este cuento de un país ya ido una reflexión dura y mucho menos romántica sobre un país que no ha logrado ser.

En 1986 México sufría un cambio trascendental en su esquema de vida y buscaba ya un futuro diferente. Tras el terremoto de 1985 su sociedad (en la que se incluyen las clases medias burguesas de Carlos, nuestro personaje central) comenzó a mirarse de nuevo y a sanar brechas (no sin recelo) que iniciaron lo que hoy se considera un cambio fundamental en el país. Demasiado para una mente juvenil sumergida en ese gigantesco pozo en el que se mezclaban aperturas comerciales (de las que la celebración de la Copa Mundial fue el banderazo de salida). Cambios de pensamiento, ideas de resurgimiento cultural en las que caben desde expresiones artísticas de vanguardia como el performance hasta la transformación musical que en México, desde la óptica de la contracultura, abrió caminos a expresiones hasta entonces prohibidas por gobiernos de mano dura y Guerras Sucias como lo son el rock (parte elemental de la narración de Sama), los conciertos, la cultura juvenil reprimida desde 1968 y hasta entonces.

De nuevo, demasiado para una mente juvenil.

Sama opta entonces por elaborar metáforas para su asimilación, para lograr sin abusos ese retrato de un mundo en transformación que es a la vez la vida de Carlos y el trozo de país que habita. La brecha generacional, por ejemplo, está marcada en la utilización de las drogas. Los padres -la cultura dominante- las usan para adormecer su realidad, para evitar dolores y buscar el confort. Las drogas legales son el soma de Huxley. La contracultura en ciernes de ese México roba la idea del uso de drogas (y a las drogas mismas, pastillas surgidas de las mismas farmacias que dotan de soma a padres y madres) para transformar su fin: la experimentación, la búsqueda del disfrute, la rebelión ante la realidad.

Sobre ello está el retrato de Sama de ese mundo surgido de sus memorias. La pérdida del foco, la utilización del foco selectivo, múltiples cortes por omisión que evitan el retrato posesivo de ese pasado y nos regalan la lectura desde la memoria, evanescente, difusa, a veces lejana, determinante para el hoy pero evasiva.

Se trata de un acierto que no debe pasar desapercibido pues con él y a través de él Sama consigue no sólo plasmar las aventuras de descubrimiento de Carlos, sino comunicar la fuerza con que todo ello se plasmó en los mundos que retrata, el de Carlos y el del país que habita. La energía del cambio en ciernes queda manifiesta y a través de la anécdota Sama parece preguntar no de dónde ha salido esa energía (liberada si me preguntan en el momento adecuado en esos años), sino en dónde está la que necesitamos ahora para concretar el sueño de transformación, para ver a ese Carlos adulto, determinado por sus experiencias, por sus traumas y sus heridas.

“¿Ya no sé muy bien qué somos?” Dice uno de los personajes de Sama, subrayando el tomo de búsqueda de la época. “Esto no es Berlín” parece responder la propia película, “no busques ahí, somos el cambio”. Ahora nos toca buscar a dónde llegó ese cambio, en dónde quedó, y la forma y el fondo de la película nos dan un punto de inicio incomparable.

Sumen una banda sonora de ensueño.

CONOCE MÁS. Esta es la entrevista que en el marco del FICM 2019 Erick Estrada le hizo al director Hari Sama sobre Esto no es Berlín.

Esto no es Berlín
(México, 2019)
Dirige: Hari Sama
Actúan: Xabiani Ponce de León, José Antonio Toledano, Ximena Romo, Mauro Sánchez Navarro
Guión: Rodrigo Ordoñez, Hari Sama, Max Zunino
Fotografía: Alfredo Altamirano
Duración: 115 minutos.

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