TIFF 2019: Disco, crítica de Erick Estrada.

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Disco
Amor y odio
Por Erick Estrada
TIFF 2019
Cinegarage

Directa y clara, estructurada con la malicia de quien quiere explorar relaciones y ejercicios de poder para poder en un caso ideal desmontarlos al comprenderlos a la perfección, así es Disco, segundo largometraje de ficción del noruego Jorunn Myklebust Syversen, una película que sigue a un fascinante personaje solamente a través de sus dudas, la muy joven y talentosa Mirjam (realmente espectacular Josefine Frida Pettersen) que se nos presenta en un inquietante medium shot al inicio de la película, un encuadre en el que la vemos como objeto directo de un fotógrafo. Mirjam acaba de ganar un concurso de baile pero ese medium shot nos deja ver que si bien sonríe satisfecha a la cámara algo está quebrado en su línea de pensamientos. Luego, casi sin querer, “Songs of Love and Hate” de Leonard Cohen suelta un susurro visual a manera de aviso.

Mirjam es miembro de un grupo cristiano conservador y en un principio el día a día de esta chica podría indicarnos el origen de sus dudas e incomodidades. Sin embargo, el ojo de Jorunn Myklebust Syversen nos deja ver más a fondo las contradicciones en las que esta chica tiene que moverse. En primer lugar un choque frontal y rudo del mundo real y la óptica cristiana en que está sumergida (un mundo real que Mirjam prácticamente desconoce por el tipo de concursos en los que participa y por el dominio que de su vida tiene el lado más conservador de su familia). Pero después esa misma apreciación crece conforme todo alrededor se endurece.

Ella comienza a fallar en sus concursos y la respuesta de su familia es la supuesta falta de fe lo cual la lleva a un punto de presión en el que comienzan a ventilarse frente a nosotros contradicciones aún más profundas que se exploran con un ojo crítico voraz pero sin escándalos. Todo ocurre cuando Mirjam decide abandonar momentáneamente a su familia para tratar de recuperar su fe (o símplemente recuperar el aire) y se muda a los terrenos de un grupo todavía más radical.

Se trata de una exploración antropológica en medio de una ficción pulida y estupendamente cimentada. Mirjam habita un mundo en el que su familia le exige recuperar la fe, su padrastro le impone recato en su forma de vestir y es vocalista del grupo musical que participa en las ceremonias del grupo. Pero al mismo tiempo esa familia y ese padrastro la impulsan en sus competiciones de baile en donde niñas de todas las edades (y subrayamos todas las edades) son sumergidas en un mundo donde se exalta su sexualidad, en donde se explota su imagen (sexual y económicamente) y en donde son sometidas a un estrés brutal que en nada se parece a la fe. ¿Por qué lo hacen? La imagen que Mirjam genera en ese mundo exterior alimenta al del grupo religioso, atrae seguidores, genera ganancias de todo tipo para ellos. ¿Dónde quedó la fe?

A ello hay que sumar el montaje de la película que a partir de una fotografía que nos mete de lleno al flash y al oropel de este tipo de mundos (los colores nos llevan a oler la cruel falsedad de los escenarios en que se desenvuelve Mirjam) intercala cantos, coros, sermones, mensajes, ceremonias que hacen más certero el análisis, la exposición de este tipo de grupos (religiosos y no) y, claro, la posición de Disco ante ello: incredulidad ante estos ejercicios de poder, miedo por la aniquilación que hacen del individuo, temor ante la muerte impuesta del raciocinio, pero también la certeza de que en caso de ser cristiano, católico o simplemente religioso, este tipo de nuevos grupos, radicales y no, alejan a la gente (antes que acercarla) a un verdadero ejercicio de la compasión y la empatía.

Disco es una exploración, certera de este tipo de grupos religiosos, una llamada de atención ante el poder que se disfraza de salvador pacifista, una exposición del orden falogocéntrico que muchos pensamientos comerciales y religiosos reproducen, pero también quizá un llamado a la recuperación de un verdadero pensamiento, en este caso, cristiano: humano, real, viviente. Un cuestionamiento a la fe en un solo sistema.

Al terminar el rostro confundido de Mirjam parece redibujarse en nosotros y esa incomodidad detectada en un inicio podría ser leída ahora como un reto de cambio, por lo menos para ella misma. Ahora cada quien que analice sus fes y sus caminos.

CONOCE MÁS. Esta es la crítica de Erick Estrada a Midsommar, de Ari Aster.

Disco
(Noruega, 2019)
Dirige: Jorunn Myklebust Syversen
Actúan: Josefine Frida Pettersen, Espen Klouman Høiner, Fredericke Rustad Hellerud, Kjærsti Odden Skjeldal
Guión: Jorunn Myklebust Syversen
Fotografía: Marius Matzow Gulbrandsen
Duración: 94 minutos.

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