Aquaman, crítica

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Crítica de Aquaman de Erick Estrada.

Aquaman
Ni arriba ni abajo
Por Erick Estrada
Cinegarage

¿Es Aquaman y sus mundos submarinos llenos del color de Avatar (Reino Unido-EUA, 2009), de ballenas rugientes y de nebulosas tornasoles una etapa psicodélica de DC como lo fue Doctor Strange (EUA, 2016) para Marvel? Al ver el acercamiento de James Wan a una historia y guión escritos a 10 manos en la que no hay dosis alguna del terror que lo caracteriza y emociona tanto a sus fans, se puede decir que eso sería darle demasiado crédito.

Olvidemos lo obvio pero demos señales de haberlo visto sólo para que conste que aunque se pudiera, esto no quiere ser una revisión superficial de una película poco profunda (¿fue eso una broma submarina?). Entre las múltiples historias que Aquaman quiere desarrollar -y de las cuales no logra ninguna- se encuentra la infalible leyenda artúrica del elegido que debe demostrar que lo es encontrando y apropiándose la espada sagrada que en este caso es un tridente. Pues bien, las 10 manos que desarrollaron lo que deberíamos ver en pantalla logran sumergir esa leyenda en abismos de material y elementos distractores (factores de entretenimiento le llaman los encorbatados que diseñan estos productos) para solamente usarla en su capítulo final en el que por si eso fuera poco atrevimiento, quieren darle a la biografía de este Arthur/Aquaman/Jason Momoa un reflejo shakespiriano obligándolo a enfrentar a su propia sangre para consumar la profecía.

La lluvia de ingredientes y de tonos que la película es a esas alturas (el capítulo final de la película) la hacen insoportable por inasible, por inconsistente, por padecer de verborrea visual y auditiva. Hemos pasado de la comedia a la aventura, a la comedia infantil, al cine de fantasía, al fusil involuntario de los mundos de Buscando a Nemo (EUA, 2003) que pasan por alto propuestas de autores reales como aquel amor anfibio en La forma del agua (EUA, 2017). Hemos atravesado también -sin que se pueda saborear- el romance inevitable de las historias super heroicas, el gag  y las desviaciones que quieren hacer de este héroe una figura bárbara y casi ignorante para después dejar ver eso como su infalible mecanismo de defensa. La película se ha bifurcado aquí ya tantas veces (ahora contra este villano, ahora contra el que dejamos atrás, ahora al desierto y ya luego vemos cómo regresar) que abordar ese enfrentamiento final como un posible clímax se antojaba como la última bocanada antes de que todo se viniera abajo. Pero no, a pesar del camino recorrido en otras y en esta película DC, los creativos convocados a esta producción, las 10 manos involucradas en la escritura de la historia deciden una vez más escapar de ese capítulo final con un triste equivalente al “momento Martha” que tanta tierra levantó al derrapar en el final de Batman vs Superman (EUA, 2016).

En medio de todo ello, persecuciones pobremente desarrolladas (Mera en las azoteas) pero retocadas digitalmente al máximo para hacernos creer que no han sido pobremente desarrolladas. Secuencias llenas de diálogos insulsos y sin futuro que son terminados no una, ni dos, ni tres, sino más veces con situaciones explosivas (en lo literal) para sacar a los personajes de una discusión insulsa y sin futuro o para eliminar personajes que nunca sabremos por qué están en la historia (¿Black Manta aporta algo real a este mazacote de mundos en guerra que no necesitan estar en guerra y de palacetes submarinos que tienen suelo a pesar de que sus habitantes flotan y nadan todo el tiempo?).

El mundo submarino de Aquaman traído a la superficie proporcionaba la oportunidad de hablar de un mundo en el que el arriba y el abajo o no existían o no importaban. Pero eso no justificaba ni justificará una película que no va ni hacia arriba ni hacia abajo, sino que flota desesperantemente en un océano lánguido tan poco profundo que flotar en él es claramente inútil, innecesario, un vil desperdicio de energía.

CONOCE MÁS. Después de leer la crítica de Aquaman, esta es la crítica de Erick Estrada a Batman vs Superman.

Aquaman
(Australia-EUA, 2018)
Dirige: James Wan
Actúan: Jason Momoa, Amber Heard, Willem Dafoe, Nicole Kidman
Guion: David Leslie Johnson-McGoldrick, Will Beall
Fotografía: Don Burgess
Duración: 143 minutos.

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