Todos lo saben
La nueva pareja
TIFF 2018
Por Erick Estrada.
Veremos el tejido de una desgracia. Con la mano sabia de Asghar Farhadi la información, los pensamientos, los cruces de circunstancias y un plan oculto serán, sin embargo, el pretexto del director para que debajo de esa desgracia pueda mantener y extender sus conocidas exploraciones de la pareja humana, aunque aquí lo hace en un terreno en el que parece jugar de visitante.
El entorno es completamente español, mucho más emparentado con las clases medias de Almodóvar que con las ciudades -o los paisajes- iraníes que ya le conocemos a Farhadi. Almodóvar suele abordar sus dramas con algo más de impaciencia que a veces sabe a ímpetu. Farhadi se da su tiempo y en ese tiempo hace sentir que esta nueva película simplemente encuentra baches en el camino. Resulta extraño reconocer el estilo del iraní en ambientes que no acostumbra, como la provincia española en la que está a punto de rebelarse esa tragedia tejida con probablemente demasiada paciencia. Sus personajes se presentan y hablan español (y sentimos a Farhadi algo fuera de cancha): Laura (Penélope Cruz desesperada y desesperante como exige el personaje… bueno, quizá algo más de lo que exigía el personaje) y Paco (Javier Bardem a quien simplemente le compramos el cuento completo, sin cuestionamientos) y un reparto de lujo que, hay que decirlo, uno que otro director español envidiaría o envidia ya.
Alejandro (Ricardo Darín) se suma a los hilos que maneja Farhadi para que al desatarse la tragedia en el segundo cuarto de Todos lo saben (que es el cuarto en que Farhadi halla su tono), comience la exploración de la pareja, una que a veces sabe a A Separation (Irán-Francia, 2011) pero que en los cambios de aires mantiene las inquietudes del director en situaciones que, de alguna forma, sólo podrían ocurrir en la provincia española.
La cosa, además, va en ascenso. El secreto inexistente -el que bautiza la película- se desvela frente a nosotros como si fuésemos nuevos miembros en esta familia que se reúne después de mucho tiempo: Laura regresa a España para la boda de su hermana después de un exilio en Argentina en donde se ha casado con Alejandro y entre los abrazos y las anécdotas conocemos primero el lado luminoso (y podríamos decir público) de su familia para que, al estallar la desgracia, las puertas de los roperos se abran y nos dejen conocer a los esqueletos escondidos en ellos (¿su rostro privado?).
Esos esqueletos son (se trata de Farhadi) más morales y éticos que físicos (y quizá ahí se reencuentre con los dramas almodovarianos). Por si fuera poco, no son tan “esqueletos” como quisiéramos creer pues “todos saben” que están ahí.
Escapando de la limitante anécdota del pueblo chico infierno grande, Farhadi hace que Paco tome importancia y explore los rincones de la casa familiar (en la que paradójicamente ha crecido casi como un miembro más) para encontrarse (¿o reencontrarse?) con un nuevo tejido, envidias y rencores que se convierten en las llaves a través de las cuales exploramos a las parejas de Paco (su esposa y Laura, con quien convive desde niños), a la familia que ha afectado su desarrollo, a las otras parejas dentro y fuera de la familia (hija y padre obligados a la convivencia eterna del patriarcado de provincia; la adolescente extranjera que conoce a un chaval local; las parejas de amigos que rumoran y pasan lista al pueblo en el bar del centro).
Con ellas y con una situación verdaderamente explosiva en el medio (Farhadi suele usar extremos menos evidentes), la película halla un suspense que rebasa su anécdota.
El secreto a voces confirma nuestras sospechas (terminamos por saber lo que todos ya saben). Las consecuencias de ese secreto dentro de la familia también aparecen dando la razón a nuestras premoniciones, la verdad se dice en voz alta y la gente del pueblo reacciona precisamente como sabíamos que iba a reaccionar. El derrumbe moral y social de una comunidad ocurre finalmente.
Esa pareja implosiona entre telas y puertas ocultas que esconden todos los vicios que conocemos (la creencia de que el dinero es un reflejo de la hombría de quien lo posee por ejemplo), el desastre sigue presente, los cuestionamientos hacia los personajes son imparables (Alejandro es sin duda un humano miserable) y todo ocurre, repito, de acuerdo a lo que ya pensábamos que iba a ocurrir.
¿ Todos lo saben es una película previsible? De ninguna forma. Farhadi logra armar este nuevo drama alrededor de una pareja nueva, de otra pareja, para decirnos que en mucho de la miseria humana no hay escapatoria, por mucho que se sonría en la boda de la hija en turno.
Al final, una pequeña bomba.
CONOCE MÁS. Esta es la crítica de Erick Estrada a El cliente, película dirigida por Asghar Farhadi.
Todos lo saben
(España-Francia-Italia, 2018)
Dirige: Asghar Farhadi
Actúan: Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Inma Cuesta
Guion: Asghar Farhadi
Fotografía: José Luis Alcaine
Duración: 132 minutos.