Extraño pero verdadero, crítica

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Extraño pero verdadero.
El regreso a la explotación
Por Erick Estrada
Cinegarage

En Malaventura (México, 2011) su película anterior, Michel Lipkes nos obligaba a seguir a un desventurado anciano por las calles del centro de la Ciudad de México para sumergirnos en una rebeldía inexistente pero ansiosa por ser descubierta. Aquí, en su nueva película (que quizá sacrifica su inspiración desde el nombre), Lipkes nos obliga de nueva cuenta a seguir algo: aquí se trata de un camión de basura “Regalo de Dios” para hundirnos, de nuevo, en los espacios que un sector del cine mexicano, hay que decirlo, ignora la mayor parte de las veces: las periferias donde se esconde todo lo que lo que queda de la clase media mexicana desecha, todo lo que no le sirve… Quizá como estos personajes.

Entrando a este micro universo de extrañas fascinaciones Lipkes nos presenta a cuatro personajes que van a interactuar en estos marcos urbanos aunque, debido a una cámara que se engolosina con esos paisajes y en consecuencia alarga sus planos muchas de las veces de manera innecesaria, lo harán en situaciones que se extreman prácticamente sin razón, que dan la vuelta innecesaria de una esquina que aparece por sorpresa. Es decir, en esta nueva narración de Lipkes no tenemos la pasividad desesperante de Malaventura, pero la forma como sus escenas se desarrollan hacen pensar más en el mexplotation que atormenta a sus personajes sin necesidad de justificarse, que a una exploración de los bajos fondos, incluso si esos bajos fondos se viven a través de un tono de pesadilla que busca más la comunicación a través de emociones (que una que otra vez se construyen bien en esta propuesta).

En otra palabras sí, el tono de apocalipsis moral en que Lipkes quiere que sintamos cualquier cosa que su película provoque está la mayor parte de las veces en las secuencias, pero desafortunadamente opta siempre por estirarlo de más, por llevarlo siempre un paso más allá y ese paso, de nuevo, hace que su película en cruza con los azotes emocionales de sus personajes (tremendamente cercanos al estereotipo chabacano), se sienta más hermanada con la explotación que con la exploración que en un principio proponía el “Regalo de Dios”.

La crueldad inexplicable aparece y en una secuencia estos personajes deben deshacerse de un cuerpo del cual no deberían deshacerse y en ese estiramiento final (que parece buscar demasiado premeditadamente que nos sorprendamos) el caos explota y se vuelve casi sensacionalista, confiando quizá demasiado en que el estupendo trabajo fotográfico de Gerardo Barroso Alcalá llevará todo a buen puerto.

Extraño pero verdadero parece pedirnos que busquemos entre la broza de estas situaciones de mal sueño para desatar emociones e ideas, pero también parece pedirlo con demasiada insistencia y con un montaje que antes que onírico se antoja caprichoso, como su conclusión.

Lipkes se quedó lejos de la meta en Malaventura. Aquí parece que corrió más de lo que la carrera exigía.

CONOCE MÁS. Esta es lacrítica de Erick Estrada a Malaventura, película de Michel Lipkes.

Extraño pero verdadero
(México, 2017)
Dirige: Michel Lipkes
Actúan: Krystian Ferrer, Itzel Sarmientos, Alfredo Blanco, Luis Enrique Parra
Guión: Rubén Imaz, Michel Lipkes, Gabriel Reyes
Fotografía: Gerardo Barroso Alcalá
Duración: 90 minutos.

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