Cannes 2016 01. Woody Allen, Cafe Society y la llegada al festival

0

Cannes 2016-1
Café Society
Por Aurélie Dupire
Enviada
Cinegarage

Con su nueva película Cafe Society -por supuesto fuera de competencia- el cineasta neoyorquino Woody Allen dio inicio anoche a la edición 69 del siempre emocionante Festival de Cannes. Si Allen inaugura por tercera vez el festival de la Riviera francesa y nunca ha aceptado participar en la carrera para la Palma de Oro es que en sus palabras, sólo lo haría si “a todos los cineastas nos pusieran a hacer una película sobre el mismo tema”… Una idea a madurar.

Protagonizada por Jesse Eisenberg, Kristen Stewart (a quien volveremos a ver el próximo lunes en Personal Shopper, la película de Olivier Assayas que compite este año por la Palma), Blake Lively y Steve Carell, Cafe Society es una película “Allenesca”, si me permiten el término, con créditos sobre fondo negro, voz en off, mucho jazz, diálogos ácidos y una visión habilmente pesimista y cursi de las relaciones de pareja. Una de las buenas -más no de las mejores- del director de Annie Hall, Manhattan, Zelig, Medianoche en París o Jazmín azul.

Jesse Eisenberg (convincente y recordando al propio Allen como parece ser la tradición en los personajes masculinos dirigidos por el también actor) interpreta a Bobby Dorfman, un joven judío de Nueva York quien en los años treinta decide buscar suerte en Los Angeles, dónde trabajará de asistente para su tío (Steve Carell), un exitoso agente para actores y estrellas de Hollywood. Bajo las palmeras de la costa oeste el joven aprendiz se enamorará de Vonnie (Kristen Stewart), la secretaria de su tío, una chica que parece resistir el canto de las sirenas de la fábrica de sueños. Ignorado, correspondido y finalmente abandonado, el joven Bobby (un anti Gatsby) regresa a Nueva York solo, para trabajar con su hermano (interpretado por Corey Stoll) en un club nocturno, un cafe society centro de la jet-set de la época. A todos estos hay que agregarles una galería de personajes: la madre judía, los gángsters, el cuñado intelectual, la hermana ama de casa, la modelo, los influyentes… Un mundo hecho por y para Allen, un verdadero terreno de juego que da pie a sus inigualables reflexiones tragi-cómicas.

Pero nunca nada es tan sencillo como parece (no lo es en la vida, y lo es aun menos en las películas de Woody Allen) y esta historia de éducation sentimentale, en apariencia ligera y cómica, nos deja entrever en sus escenas finales a un director melancólico y profundamente romántico.

¿Una carta de despedida? No lo creo, pero definitivamente una carta de amor a la vida, al arte y al oficio que desde hace ya cincuenta años han permitido convertir a un joven tímido y enfermizo de Brooklyn en uno de los creadores más vistos y más respetados de la cinematografía mundial. Un milagro del cine, como los que nos gustan por acá.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *