Carmín tropical, crítica. Vean aquí la película.

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Crítica de Carmín tropical

Carmín tropical
La femme fatale trastocada
Por Erick Estrada
Cinegarage

Debimos adivinarlo desde el nombre. Rojo, carmesí, sangre… pero en el trópico.

Femmes fatales que son taxistas, hombres que en las peculiaridades de ese género extra que es el muxe se mueven en mundos de humos y cabarets sin prostituirse ni malabarear sus preferencias sexuales, asesinatos y bondage, investigaciones inconclusas a cargo de policías que de tan inoperantes resultan amables, misterios de fotos recortadas y regalos retorcidos, prisión pasión sexo sangre llagas muerte nostalgia amor amistad… y la funesta jugarreta de un pasillo verde en el que el telón serán los negros de la pantalla.

Rojo, carmesí, sangre… pero en el trópico.

De una anécdota que podría habernos llevado a una oda nostálgica a los vínculos muxes en Juchitán (que es con quien y en donde se desarrolla la historia de Perezcano), este rizo dramático más de atmósferas que de historias, más en los aires erótico-misteriosos de Twin Peaks que en la investigación real del caso, se transforma de repente en una especie de dragón tropical que escupe una llamarada mortal y revolvente, guillotinante y cruel en los últimos diez minutos de su corto camino.

Veloz y fugaz, a Perezcano le importa más comunicarnos aires y calores que detallar una investigación policiaca, aunque hace de ella la gasolina de la narración. Esa mezcla de thriller con reflexiones de género y mundos paralelos a los que solemos ignorar se convierte muy pronto en un relato intenso, pulsante, en el que los misterios importan más que las verdades (defecto para unos, cualidad para otros).

Sin llegar nunca al endiosamiento de la(s) víctima(s) de su narración, Perezcano detalla prácticamente todos los aspectos de su vida, sus propias metamorfosis (ser muxe es al final de cuentas el resultado de una) y los mezcla con esos ingredientes del thriller tradicional en los que la psicología, el sexo, la sangre y la violencia hacen un caldo generoso de turbaciones y perturbaciones. Y sin embargo, Carmín tropical opta por secuencias más claras, por aires menos enrarecidos, acierto puntual que evita la contaminación que podría haber heredado este mini universo en Juchitán del género con el que juguetea su director, maniobra hábil que despoja de morbo o explotación el acercamiento que de y con los muxes se hace en la película.

Habiendo impulsado su cinta con un discurso incluyente y libertario (a veces su Juchitán parece un paraíso de tolerancia e inclusión), Perezcano da un nuevo giro e hilando sorpresas atmosféricas (es una historia de aromas y colores, no lo olvidemos) implanta cuestionamientos que nos llevan a pensar en la doble moral con la que estos mundos suelen ser vistos desde el nuestro, una en la que en supuestos paraísos de inclusión y tolerancia los diferentes suelen ser violentados, uno en los que los civiles a veces tenemos que complementar las acciones fallidas de una policía manca y coja.

El cierre, el vertiginoso cierre es el regreso al thriller más depurado en el que todos los ingredientes se trenzan de manera irremediable: la violencia hacia el distinto que es al mismo tiempo fruto del amor; el pasillo verde que revela una cara que nadie había volteado a ver; el regalo mortal de implicaciones psicológicas oscuras pero que por lo mismo comunican erotismo de alto octanaje aunque este sea posesión exclusiva del victimario; víctimas sacrificiales que caen atrapadas en su propia sentencia: “en el enamoramiento todo se repite”.

La frase la suelta Mabel, el personaje que nos ha traido hasta el final y que, desde su punto de vista enamorado y que ha pasado del muy real al casi idílico (estamos viendo todo a través de sus ojos), es al mismo tiempo tanto predicción como la explicación de este extraño caso de pasiones que se han desanudado con el roce cotidiano, un toque que Perezcano ya nos había mostrado en Norteado y que aquí multiplica tanto ansiedad como deseo.

El final llega, en corte directo para fortalecer la sorpresa igual que el desconcierto, suspirante y asesino como es el amor en México, un amor que irremediablemente estará unido a la muerte.

CONOCE MÁS. Esta es la crítica de Erick Estrada a la película mexicana Marioneta, dirigida por Álvaro Curiel.

Carmín tropical
(México, 2014)
Dirige: Rigoberto Pérezcano
Actúan: José Pecina, Luis Alberti, Juan Carlos Medellín, Marco Petriz
Guión: Rigoberto Pérezcano
Fotografía: Alejandro Cantú
Duración: 80 minutos.

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