En La estancia, crítica. FICUNAM 2015

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En La estancia
A favor… y en contra
Por Erick Estrada
Cinegarage

Resulta un tanto complicado hablar de la película de Carlos Armella pues en su forma esconde una sorpresa que trabaja, desgraciadamente, tanto a favor como en contra de la narración.

Ficción pura, la película comienza con un documentalista que al seguir a dos personajes atrapados en el pueblo La estancia le abren prácticamente todos sus secretos, por lo que resulta prácticamente imposible que registrador y registrados no establezcan una relación casi familiar.

En esa primera parte cierta ingenuidad visual asoma por el horizonte precisamente porque las situaciones que transcurren en el documental que se elabora frente a nuestros ojos son ingenuas: un padre de más de ochenta perdido en sus memorias y un hijo maduro dedicado a cuidarlo y a mantener en pie lo poco que queda del pueblo minero.

Cuando la vida de estos dos casi infantiles personajes revela el círculo vicioso en que está atrapada, una idea brillante ocurre a cuadro: en el registro de la cena de documentalista y documentados y en un intercambio de retratos, la cámara se va al suelo, la pantalla se oscurece y la película entra a un segundo capítulo interesante pero desarticulado. En pocas palabras, cuando la cámara cae la película se va con ella.

La razón no es siquiera que un cambio de tono nos aborde de golpe, sino que esa ingenuidad que inundaba la primera parte sale a flote de nuevo sin un ajuste real que la justifique: después de años y de lanzar la promesa de volver nuestro documentalista decide ir a buscar a sus amigos acompañado de su novia y los dos nuevos personajes que se nos presentan deambulan en La estancia como niños perdidos en una casa; el montaje de las atmósferas y ambientes se hace probablemente de manera demasiado florida, tunas, insectos, nubes, que si bien ocultan por un momento las intenciones de nuestro guionista y director, en cuanto la primera sombra aparece en pantalla (ya sea esta un tono musical, un encuadre fuera de foco o una sospecha no externada) es prácticamente inevitable no pensar en el posible y más disparatado final (surgido de la promesa no cumplida de volver) bastante antes de que en realidad se sugiera.

Tampoco nos engañemos. En La estancia es un ejercicio plausible que hace entre otras cosas que el documental y la ficción se crucen como muy pocos directores lo han logrado y así, a manera de ejercicio, es un ejemplo que marcará terreno y tendrá sus logros, pero al final es una película que nos abandona muy pronto (esa ingenuidad visual) y que en consecuencia lucha a veces consigo misma para que podamos creer lo que se dibuja en la pantalla.

Por otro lado si en algún momento alguien decide hablar de lo agridulce del México profundo este podría ser un ejemplo a considerar.

En La estancia
(Holanda-México-Argentina, 2014)
Dirige: Carlos Armella
Actúan: Gilberto Barraza, Waldo Facco, Natalia Gatto, Jesús Vallejo
Guión: Carlos Armella
Fotografía: Diego Rodríguez
Duración: 106 min.

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