Frozen: una aventura congelada. Crítica. Película de la semana

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Frozen
La herencia de Brave
Por Erick Estrada
Cinegarage

Más allá de que en muy pocas palabras estamos viendo la historia de una chica mutante (una niña con el poder de congelar todo a su alrededor como… sí, efectivamente), es muy probable que un año después la menospreciada Valiente (EUA, 2012) esté rindiendo frutos en una propuesta prima, surgida de los estudios Disney ahora sí notoriamente removidos por la mano de John Lasseter.

Tampoco es para tomarse a la ligera. Esta princesa renovada enfrentada a su propia hermana en una historia más complicada que las del Disney pre Lasseter; ésta chica empoderada que comparte protagónico con su hermana, una mujer muy joven que toma las riendas de su propia vida y que se encarga ella misma de los problemas surgidos en la historia (es decir, nos niegan al infalible héroe masculino y ni hablar del príncipe azul); éstos personajes lo suficientemente matizados para que los niños aprecien más de una capa de lo que se les cuenta, dan al final de los créditos las gracias al “Pixar Brain Trust”.

El “Pixar Brain Trust” es un grupo de consejeros surgidos cuando se desarrollaba la primera Toy Story (EUA, 1995) y desde enctonces se encargan de supervisar y aconsejar a todas las películas desarrolladas en los estudios de Emeryville. Entre los nombres del consejo están, claro, el de Brad Bird y John Lasseter, pero también aparecen Lee Unkrich, Pete Docter y Brenda Chapman. ¿Cuántos Oscar cuentan ahí?

No es raro entonces que si el “Pixar Brain Trust” tuvo en sus escritorios a Frozen el resultado haya sido no solamente satisfactorio sino prometedor.

Claro, el nivel de animación de la película es ya de escándalo y el manejo de luces aquí es simplemente apabullante (por lo menos 30 personas trabajaron en el departamento de iluminación), pero son las vueltas que en el manejo de la historia aparecen aquí las que hacen ver que tanto la figura femenina como la masculina modifican roles para las audiencias que necesitan ver que esos roles cambien: los chavos.

En una ojeada superficial la historia parecería muy compleja: dos hermanas enfrentadas por el extraño poder de una de ellas, una familia destruida (gran secuencia inicial que dejó a los niños en la función en completo asombro), intercambio de protagonismos con subtramas tan atractivas como interesantes, mezcla de fantasía (un muñeco de nieve que camina y habla) e incluso algo de política (un trono está en juego).

Sin los avisos que Valiente colocó en los ojos de muchos que no quisieron ver y que rebasan la también valiosa propuesta de La princesa y el sapo (EUA, 2009), ésto se habría convertido en un pastel gigantesco de pretextos para llegar al rescate de la princesa de parte del príncipe azul, un matrimonio al final y un mensaje tan desgastado que hasta el muñeco de nieve habría visto restada su inteligencia, aquí apuntalada con comentarios incluso útiles: él es el encargado de descifrar para los niños los enredos y las motivaciones de una historia que, sí, efectivamente es más compleja que las tradicionales de princesas, pero lo es para retar la inteligencia de su audiencia, no para someterla.

Así, del paso del muñeco-guía para los chavos, éste guión se sacude también la maldición de los animales parlantes de Disney (aunque los usa, pero los usa novedosamente), la del hombre que todo lo puede, la de la mujer sumisa y, principalmente la de la idea de que el único amor real es el que puede surgir entre un hombre y una mujer. Impensable todo ello en una película de Disney basada en un cuento tradicional de Hans Christian Andersen enfocada a los niños más pequeños, sin los cimientos colocados en ese tono por Valiente.

El aplauso final, a pesar de lo dicho, es la secuencia del “rescate” de la chica que es a la vez tan novedoso como lo planteado arriba y tan tradicional en lo visual como para remitirse al cine clásico y los rescates de último minuto, con todo y close up de los pies femeninos tambaleantes sobre el hielo, todo dirigido a un clímax mortal con un timing tan preciso que de nuevo enmudeció a los niños y los colocó en suspenso. Habilidades menospreciadas en el cine infantil y resucitadas aquí por Chris Buck y Jennifer Lee, directores de Frozen.

Frozen: una aventura congelada
(Frozen, EUA, 2013)
Dirigen: Chris Buck, Jennifer Lee
Voces: Kristen Bell, Josh Gad, Idina Menzel, Jonathan Groff
Guión: Jennifer Lee, Shane Morris
Música original: Christophe Beck
Duración: 100 min.

Comments (8)

  1. Frozen es una obra de arte, literal, y digo por qué eso es así.

    Esta claro que para gustos los colores. Hay gente que le encanta todo de la película, otros que no les gusta nada, o que solo le gusta la música etc. Para mi los críticos de cine no son más que personas que opinan en función de su gusto, y su opinión es tan válida como la de un niño de 6 años.

    ¿Por qué Frozen es una obra de arte?, y aquí también podríamos meter a Enredados. Simplemente, hay que dejar de lado la música, guión, y olvidarnos un poco de nuestros gustos. Poner el DVD de la película, a ser posible en un televisor de alta definición u ordenador con monitor de calidad, y simplemente usar de vez en cuando la pausa, os encontraréis lo siguiente.
    Ropa con todo tipo de detalle, costuras, bordados hechos a hilo, la pelusa de los jerséis de lana, arrugas en los tejidos, los cabellos de los personajes moviéndose con total naturalidad etc. etc.

    Si a todo esto le sumamos los movimientos y expresiones de los personajes que son totalmente naturales y realistas, y añadimos que en la versión original, la boca de los personajes se mueve según la las palabras en inglés, todo al máximo detalle, nos encontramos que esta no es una simple película de dibujos, cada fotograma es un cuadro, una obra de arte. Y vuelvo a repetir, dejando de lado el gusto particular de cada uno, si han conseguido acercarse a hacer algo que parece tan real, mucho más que muchos cuadros de pintores famosos, esto es una obra de arte.

    Ahora alguno dirá… si, pero es que todo esta hecho por ordenador. Si alguien se pregunta eso es que no sabe todo el trabajo que hay que hacer en un ordenador para llegar a conseguir tal cantidad de detalles, muchas más horas que cualquier pintor delante de un lienzo. También dirán…, pero no es realista, se nota que son dibujos animados, efectivamente, esta sería la respuesta de alguien que tiene el mismo nivel intelectual que un perro. Usan colores vivos, y las caras de los personajes poco realistas porque son eso, Dibujos animados. Pero si quisieran hacerlos totalmente realistas, lo harían.

    Si nos ponemos a comparar películas de dibujos consagradas, la bella y la bestia, aladdin, rey león, toy story etc… ninguna de ellas le llega a la suela de los zapatos en apartado gráfico y de animación. Simplemente es una delicia ver el curro que ha tenido que llevar conseguir tal perfección, eso si, para los ojos de la gente que no se limita en MIRAR la película, sino que también la OBSERVA.

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  2. Sin duda es extraño que ademàs de las ya consabidas críticas favorables de siempre a favor de los grandes emporios, haya algunas de índole independiente como lo son las de ésta página, que también encuentren a Frozen, una maravilla

    Frozen si bien en cuestiones de efectos especiales, va bastante bien, factores de mayor importancia caen por su propio peso. Se pretende mostrar la historia de manera trepidante y muy rápida, justificando el paso del tiempo de manera muy pobre. Las personalidades de los personajes, la escencia que se les adjudica, se les dió poco tiempo para trabajarla, al final, uno no se los cree y terminan por ser insípidos e irónicamente, fríos.

    Creo una gran parte de las escenas musicales pudieron ser omitidas, la sutileza y el buen uso de tan bello recurso debe brillar por eso mismo, no por la cantidad, y en Frozen, hay un exceso.

    Cabe resaltar, que pareciese hay un quebranto de clichés, lo cual es de buen ver y punto a favor, no obstante, termina siendo una historia màs donde .los dogmas (no sólo de Disney), salen a relucir, dejando así a Frozen como una película con falta de emotividad, elocuencia, lo imperdonable, predecible y, sin lo que una película para niños debiera tener, magia.

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  3. En mi opinión, la película no posee casi ninguna de las “virtudes” destacadas por el buen crítico. No creo que haya una mujer empoderada y simplemente representa una vuelta al más puro estilo y contenido de Disney: el encierro como castigo por una condición no elegida, la idea de los amores perfectos surgidos de la nada, la chica en espera del príncipe azul, las insufribles, pésimas e innecesarias secuencias musicales y una historia que, desde el inicio, se dirige hacia el mismo y consabido final Disney. Totalmente olvidable.

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  4. Realmente debo haber visto otra película. No es posible que lea críticas favorables por todos lados. Me niego a creer en una confabulación planetaria a favor del conglomerado Disney.
    Asi pues no cabe duda que el problema está en mis gustos.
    Para mi, es una de las películas más flojas uqe haya visto. Sacando el nivel de animación, que a esta altura, no asombra ya anadie, es realmente una historia inconexa, donde jamás se hace foco en algo, insufrible hasta el hartazgo con las canciones, malas sin lugar a dudas totalmente olvidables (ni punto de comparación con Enredados).
    Y no creeo que Valiente haya sido mejor,… muy mediocre en realidaad,…
    Pero como dije al principio, debo ser yo el equivocado.

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  5. Muy de acuerdo en todo, pero, aunque efectivamente se siente la mano de PIXAR en la producción, también se siente la presencia del viejo Disney al abusar un poco -sólo un poco- de las situaciones cantadas, lo cual no estoy muy seguro si a estas alturas sean muy necesarias o pongan en peligro a la cinta de hacerla parecer ñoña en determinadas escenas, o tal vez sea el doblaje, habría que verla en su idioma original. Pero en general, todo muy bien.

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