Cosmopolis, crítica.

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Cosmopolis
El debate Cronenbergiano
Por Erick Estrada
Cinegarage

Después de experimentos como este, uno no puede sino recordar y volver a vivir los mejores momentos de un cineasta tan brillante como seguramente lo sigue siendo David Cronenberg; retorcerse de nuevo en los acertijos de sus historias orgánico-conspiracionistas, revolverse el estómago con sus vísceras cyber punk, meterse de lleno en esa oscuridad de acero que lo convirtió en una especie de dios aterrizado por voluntad propia.

Después de experimentos como este, una especie de diálogo de sus propios personajes con sus creaciones menos emotivas (a pesar de que se trata de una adaptación), uno no puede sino sentir nostalgia decadente y viscosa, de esa que generaba en sus momentos más inspirados. Ello, sobre todo, porque a pesar de ubicar su historia en atmósferas que a todas luces reflejan un mundo corrupto y vencido, lo vemos todo desde los ojos de un aparentemente omnipotente personaje con el rostro del peor vampiro en la historia del terror.

Hay, por supuesto, buenos momentos en esta historia de un millonario del futuro (que sabe desagradablemente a presente) que se pasea en su limosina-casa-oficina por una ciudad que es Nueva York pero que podría ser cualquiera otra.

La película está basada en la novela de Don DeLillo y de ella hereda ese posmodernismo y desesperación que, efectivamente, Cronenberg maneja de muy buena manera. Sorprendentemente Robert Pattinson hace un buen trabajo en el papel de este extravagante millonario sin escrúpulos que usa y abusa de la gentre a su antojo pero que, en un giro surrealista de su propia vida, se ve enfrentado a la única persona con razones reales para asesinarlo.

De ambiente en ambiente, la película crece mucho al final, pero en su primera mitad navega casi a ciegas entre las peores películas de Win Wenders, las mejores de David Lynch, entre capítulos de un apocalipsis ético-financiero, entre burbujas de hiperinformación y diálogos completamente vacíos, cuestionamientos sobre la vida sexual del mundo y un humor negrísimo que solamente los conocedores de Cronenberg lograrán descifrar.

A medias entre la novela posmoderna, la película estilo videojuego y las de juego de rol, creo que vale la pena solamente por el capítulo final, una lucha verbal entre Pattinson y el gran Paul Giamatti, un debate Cronenbergiano que aunque sabroso, llega tardísimo en la película.

Cosmopolis
(Francia-Canadá-Portugal-Italia, 2012)
Dirige: David Cronenberg
Actúan: Robert Pattinson, Samantha Morton, Jay Baruchel, Paul Giamatti
Guión: David Cronenberg
Fotografía: Peter Suschitzky
Duración: 109 min.

Comments (2)

  1. Esta película me inspiró a comprar el libro de Don Delillo. Aunque la película no es lograda tiene unos muy buenos diálogos que, me parece, necesitan de más tiempo para digerirse, cosa que la película no te permite hacer.

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  2. De acuerdo, la primera mitad de la película muy sin sentido. Pero sí vale la pena sólo por el tipo de cine experimental y los últimos 15 minutos del filme.

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