TIFF 2020: Pieces of a Woman, la crítica de Erick Estrada.

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TIFF 2020
Pieces of a Woman
El abismo
Por Erick Estrada
Cinegarage

¿Cuáles son los trozos de la mujer que nos va a mostrar esta película? Probablemente serán no sólo los más valiosos, sino los que se cuelen en las rendijas de esta anécdota en la que Martha (Vanessa Kirby aterrizando con temple) tiene que enfrentarse al duelo de haber perdido un hijo.

Todo arranca con una introducción tensa y enfadosa en la que la realidad circunstancial a la narración demuestra su peso. Primero en una secuencia de tomas largas y después en un plano secuencia que arma un drama poderoso plano a plano, a través de un montaje interno calculado al milímetro pero presentado con angustiante naturalidad. En ese juego de cámara móvil y puesta en escena Martha perderá a su hijo atrapada en una realidad sin escapes (¿quién escapa a un plano secuencia estructurado sobre su persona?). Y después, una vez que el tono está establecido desde el montaje de esa secuencia cruel y poderosa, los fragmentos se dispersan sobre el suelo. Como si todo se hubiese roto, la película regresa al uso de cortes para mostrar las facetas que Martha debe atravesar para comprender lo que ha ocurrido.

Pieces of a Woman es una nueva colaboración entre la guionista Kata Wéber y el director Kornél Mundruczó. Ambos trabajaron juntos ese himno contra las políticas restrictivas a la migración a Europa que recordamos como Hagen y yo (Hungría-Alemania-Suecia, 2014), una fábula de perros y amistades humanas, una primera prueba de lo que estos dos pueden colar en esas rendijas de situaciones con que cuentan sus cuentos.

Este nuevo trabajo no es un cuento. Es más una aventura a las oscuridades del duelo que nos hace ver a la vida como un frágil elemento al que ronda la muerte. Ambos tan humanos como contradictorios… O tan contradictorios como los humanos.

Tras la pérdida de Martha vemos capítulos de ella, mes tras mes. En ellos Sean su marido (Shia LaBeouf), un desorientado macho de segundo pelo más perteneciente a la América profunda que a la clase acomodada de donde es natural Martha, se deja ver incapaz de lidiar no sólo con la pérdida compartida sino con Martha misma, que hojea en sus interiores no sabemos si en busca de algo o para esconder cualquier otra cosa.

Ella parece fría, distante, casi indiferente. Desconcierta el dolor que mostró cuando la conocimos con la negación que parece ejercitar una vez que hemos caminado medio año a su lado. Y es que la cámara de Benjamin Loeb (Mandy, 2018) sigue a Martha en sus silencios, ocupando los espacios que deja en su búsqueda interior y en los que poco a poco se manifiestan las capas de su familia violentamente disfuncional: su madre aborrece a Sean; la fragilidad de este sólo compite con la de la hermana de Martha, un fantasma que se enfrenta de manera pasivo agresiva con ella.

La disfuncionalidad del grupo se deja ver a través de los silencios de Martha. Wéber, Mundruczó y Loeb elaboran un triángulo creativo en el que la rabia de la familia casi en busca de venganza adquiere una presencia extravagante en la oquedad de su propio mundo. Sobresale la conversación banal que lleva a Sean y a su concuño Chris (Benny Safdie genialmente insoportable) a hablar de The White Stripes simplemente para no dejar de hablar del todo y que desataría un silencio que los enfrentaría a lo absurdo de su reunión.

Mientras eso ocurre la cámara sigue a Martha, una aparición en la casa de su madre que a través de gestos nos cuenta su parecer sobre esa misma reunión (que ya es un símbolo de su relación familiar). Con la cámara, a través de ella, con su repaso de los objetos, ignorando la plática a sus espaldas Martha se sincera ante nosotros: todo lo que ocurre o que los demás creen que ocurre no es lo que le importa.

Es en esos silencios, en esa frialdad que ahora ya parece temple es que los pedazos de esta mujer se dejan ver y hacen obvio que el camino que recorre mes a mes y que hemos recorrido con ella no es el de su madre (estupenda Ellen Burstyn). Y es tremendamente revitalizador que sea la puesta en escena, la forma como la cámara la recoge, la transparencia que logra Kirby quienes nos lo muestren.

El rompecabezas que es Martha tras ese plano secuencia brutal y ahora alegórico se compone ante nosotros. Todo ha partido del luto y lo que se rompió con él estaba disperso en el suelo. Pero el luto y la pérdida son necesarios. La vida y la muerte son tan humanos como contradictorios y viceversa. Y en este repaso de personajes, en este vistazo de almas de un mundo que sólo se mira a sí mismo Martha parece ser la única que se arroja a este abismo, al del luto que enseña y que no desaparece. El abismo de la exploración que otros niegan por no sabemos qué miedos.

CONOCE MÁS. Esta es la crítica de Erick Estrada a True Mothers, gran película de Naomi Kawase presentada en el TIFF 2020.

Pieces of a Woman
(Canadá-Hungría-EUA, 2020)
Dirige: Kornél Mundruczó
Actúan: Vanessa Kirby, Shia LaBeouf, Ellen Burstin, Molly Parker
Guion: Kata Wéber
Fotografía: Benjamin Loeb
Duración: 126 minutos.

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