TIFF 2020
Gaza Mon Amour
El amor debajo de la guerra
Por Erick Estrada
Cinegarage
Una historia de amor siempre procura que sus enamorados puedan sortear toda suerte de obstáculos para estar juntos y Gaza Mon Amour no es la excepción. Pequeño despliegue narrativo culpa de Arab Nasser y su hermano Tarzan Nasser (ópera prima al alimón) esta es la historia de Issa, un pescador cansado de la vida y atorado en la crisis bélica de la franja de Gaza. Issa se cruza en el camino con Siham, una costurera que en una zona tan conservadora como esa vive sola con su hija divorciada (un estigma doble para ambas). El rasgo distintivo de esta historia de amor es probablemente el hecho de que estos dos seres humanos que han padecido la gigantesca transformación de la zona no saben que están enamorados y quizá tampoco recuerdan lo que es estarlo.
Y es que Gaza Mon Amour es un hilo de improbabilidades que conectan de tal forma que ese pequeño ejercicio narrativo esponja en una anécdota elegantemente absurda. Issa no quiere seguir solo y busca a Siham que disfruta de estar sola en su costurería, pero siempre algo -a veces muy buñueliano otras un tanto a la Fellini– se lo impide. El gran ejemplo de ello es una estatua clásica que queda atrapada entre las redes de nuestro pescador y que se convierte a los dos minutos en una especie de perla marina al estilo Steinbeck (y de la película del “Indio” Fernández), un hallazgo que es a la vez recompensa y maldición.
Gaza Mon Amour esquiva el tono dramático y convierte a esa estatua y sus posibilidades en una especie de McGuffin en reversa que sin moverse se cruza siempre en el camino de este pescador que finalmente se ha decidido a cortejar a una costurera intrigada por los acercamientos de este tímido personaje.
Desde ahí los hermanos Nasser (autores también del guión) dejan escapar pequeñas luces que hablan de lo difícil que es vivir en esa parte del planeta y romper los círculos viciosos que oprimen a la gente y a sus sueños. Y lo hacen, que quede claro, con elegancia en medio del absurdo, dejando que las soledades de sus personajes iluminen en lugar de oscurecer y construyendo en la narración la idea de que mucho de lo que separa cotidianamente a la ingenua atracción entre Issa y Siham son las pesadas tradiciones y formas de una cultura casi opresiva para los tiempos que corren.
¿Con qué se pelea contra ello? ¿Cómo se alimenta el espíritu en medio de una zona tan conflictiva? ¿Puede haber un amor mío en la Gaza vapuleada? Sí. Los Nasser nos devuelven al punto de partida con un alivio de sonrisas, con la idea de que esos pequeños amores, esos guiños de luz mientras se espera el autobús, son suficientes para cruzar el día. Y mañana habrá que sonreírnos otra vez. Un ladrillo al día parece decir Gaza Mon Amour en ese lago de humor ingenuo rodeado de un discurso visual sin estridencias ni engaños. La sencillez siempre se agradece.
Gaza Mon Amour
(Palestina-Francia-Alemania-Portugal-Catar, 2020)
Dirigen: Arab Nasser, Tarzan Nasser
Actúan: Hiam Abbass, Maisa Abd Elhadi, Salim Dau, Manal Awad
Guion: Arab Nasser, Tarzan Nasser
Fotografía: Christophe Graillot
Duración: 97 minutos.