Política de la intimidad
Entrevista con Ira Sachs
Por Magaly Olivera
Cinegarage
Es en la intimidad que las personas suelen evidenciar sus rasgos más complejos. Al estar en la privacidad del hogar o la confianza de los seres queridos, mostramos facetas de nuestra personalidad que no resultan evidentes en otros contextos sociales. El cine de Ira Sachs (Estados Unidos, 1965) decide situarse justo en ese espacio reservado a la soledad, acompañando a sus protagonistas en los momentos en que exhiben sus verdaderos sentimientos, y nos hace partícipes de los efectos que estos pueden tener en la gente que los rodea.
Como un efecto natural de esta exploración de lo íntimo, las películas del director estadounidense retratan las problemáticas económicas y sociales que determinan en gran medida el carácter de la gente. Su filmografía explora las contradicciones de la vida moderna y de las relaciones personales en el contexto que conlleva.
En el marco del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, donde se rendirá un homenaje a Sachs, tuvimos una plática con él sobre algunos de los temas recurrentes en su obra, así como sobre su forma de relacionarse con sus protagonistas en los filmes Frankie (2019), Love Is Strange (2014) y Keep The Lights On (2012), los cuales serán proyectados durante el festival.
El carácter de tus protagonistas suele ser muy genuino, ¿de qué manera trabajas la construcción de tus personajes?
Me relaciono con las actrices o actores en cuestión como personas. Lo que sucede en la pantalla es mi vínculo con quien actúa, pues como director soy como un amigo o como un personaje más; un observador que intenta crear intimidad.
¿Qué papel tienen las familias en tus películas?
Tiene que ver con la misma intimidad que siento hacia mis personajes. La presencia constante de familias en mis películas tiene que ver con mi vida personal. En este momento de mi vida me veo como parte de una unidad que es mi familia y sus diversas capas: mi esposo y yo, nuestros hijos, la madre de nuestros hijos, nuestros padres; todo surge de ahí. No puedo pensar en personajes fuera de estas tres generaciones porque es la perspectiva que tengo ahora de mi vida. También tiene que ver con la literatura que me gusta, donde los protagonistas se revelan mediante las personas que los rodean y éstas definen el rumbo que toman. Por ejemplo, Henry James en El retrato de una dama.
¿Cada vez que haces una película lees literatura al respecto?
No siempre, pero siempre veo películas antes de hacer una. La estructura de Frankie está inspirada en cine de la India, por ejemplo.
¿Consideras que tu trabajo tiene un compromiso político y qué te gustaría señalar en ese sentido?
No me gusta señalar, intento evitarlo como director, pero sí me interesan los personajes en su contexto económico. Mucha vida política se evidencia mediante la vida en familia: las peculiaridades de ser mujer, de ser homosexual, de nuestra cultura y del papel del hogar y las decisiones que debemos tomar. Me encantaría considerarme un director con perspectiva femenina, aunque entiendo que eso no es tan sencillo. Lo que sí es que intento ver directamente a cada individuo, dotándolos de especificidades propias de su personalidad.
Como mujer, me sentí muy cómoda con la representación que haces de las mismas. Creo que tus personajes se alejan de los estereotipos.
Me da mucho gusto escuchar eso. Mi siguiente película es sobre tres mujeres, así que espero que pueda continuar por ese rumbo.
Cuando se trata de la vida moderna, ¿cuáles serían tus principales preocupaciones?
Mi principal preocupación siempre es la intimidad; aprender a usar la cámara para registrar toda la complejidad que existe en lo íntimo. Eso significa aceptar y fomentar la contradicción. También intento crear una experiencia en el espectador donde éste se convierta en un jugador activo.
Las actuaciones en tus películas son muy naturales, ¿cómo trabajas con tus actores?
Nunca le pido a los actores que se transformen. Me interesa más que ellos se revelen a sí mismos de la manera más sencilla. Esto no significa que no estén actuando, pero no me gusta que ensayemos antes de grabar porque no quiero que construyan su forma de ser frente a la pantalla, sino que la descubran junto con la audiencia. No hay decisiones tomadas antes de la grabación. No significa que no hablemos sobre la película, pero quiero que las personas sean una versión cinematográfica de sí mismas, por eso los invito a compartir quienes son en la vida real.
También el amor parece ser un tema frecuente en tu filmografía. Quizá por la contradicción que mencionas, el amor aparece como una fuerza unificadora, pero también como una herramienta de destrucción. ¿Cómo te gustaría que el amor quedara retratado en tu trabajo?
El amor también es intimidad, pero con historia. Por ejemplo, Frankie habla de cómo experimentamos el amor de formas distintas de acuerdo con nuestra edad y la etapa de nuestra vida en la que estamos. Por eso en esta película se ven muchas relaciones distintas que recorren desde una niña pequeña experimentando su primer amor, hasta una madre que está cerca de la muerte. Me gusta la cualidad teatral de conjuntar distintas historias para crear un contraste, un poco a la manera de Shakespeare —no por compararme con él, pero también es una fuente de inspiración—, en donde las historias se señalan entre sí y evidencian la complejidad de las relaciones.
¿Y con el espacio, cómo te relacionas? En Frankie hay muchas caminatas, y en otras de tus películas el espacio también determina el rumbo de los protagonistas.
En relación al espacio intento crear una estrategia cinematográfica en la que un personaje no se muestre en aislamiento, sino en el contexto de su espacio. Por eso las tomas nunca son sólo los actores, sino los actores en el contexto de su ubicación, su cuarto, la naturaleza o donde sea que se encuentren. Creo que esta es una forma particular de filmar, lo cual siempre tengo en cuenta junto con mi cinefotógrafo. En Frankie me interesaba mostrar cómo el espacio, en este caso un viaje a Europa, modifica la realidad y los sentimientos de una familia que escapa a su cotidianidad.
Las películas de Ira Sachs tuvieron funciones los días jueves 14, sábado 16 y domingo 17 en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos.