Los 12 apóstoles de Trainspotting
Por Erick Estada
Finalmente el mundo conoció T2 la segunda parte de Trainspotting, que a su vez marcó a toda una generación y se convirtió en una magnífica representante del estilo del cine en los años 90. En esa secuela su director Danny Boyle y el guionista John Hodge, unen de nuevo a un grupo de amigos que hace 21 años explotaron su juventud con todo tipo de excesos.
Como todas las reuniones la que ocurre en T2 tiene bondades y puntos oscuros, pero sobre todo confirma dos cosas. La primera, que Danny Boyle nos pide no atarnos al pasado para sobrevivir el crudo presente.
La segunda, y quizá igual de importante, que los vínculos humanos y las historias que Boyle y Hodge desarrollan en ambas películas, tienen conexiones directas aunque no del todo evidentes con por lo menos otras 12 películas, anteriores y posteriores, todo para responder a la inquietud de nuestros amigos de V66, que nos preguntaron expresamente cuáles serían esas películas.
Aquí están esas 12 reunidas como apóstoles del fenómeno Trainspotting.
Este es el sitio oficial de V66.
The Full Monthy
(EUA-Reino Unido, 1997)
Dirige: Peter Cattaneo
Estrenada apenas un año después de Trainspotting en ella conocimos otra faceta de Robert Carlyle pero sobre todo, amplió los datos de la enorme crisis en el Reino Unido que originó en parte uno de los mejores discursos de Renton, ese que da en plena campiña sobre “el ser escocés”. Para muchos, la banda sonora de esta película es tan emblemática como la de Danny Boyle.
Easy Rider
(EUA, 1969)
Dirige: Dennis Hopper
Probablemente esta película, que también marcó a toda una generación volviéndose un símbolo del pensamiento contracultural en los Estados Unidos, esté tan empapada en el disfrute de la vida como Trainspotting y quizá también refleja como pocas la fragilidad de las relaciones humanas. ¿Se parecen en algo más? Chequen ustedes el uso de estupefacientes.
Tumba al ras de la tierra
(Reino Unido, 1994)
Dirige: Danny Boyle
Dos años antes del estreno de Trainspotting Danny Boyle ya había experimentado estilo, parte del tema y probablemente había diseñado gran parte del personaje que Ewan McGregor presentaría más tarde. Es, sí, la mejor película de Boyle a la fecha y hay que tener claro que sin esta nada conoceríamos de Trainspotting, literalmente.
The Breakfast Club
(EUA, 1985)
Dirige: John Hughes
Si bien no hay una conexión obvia con esta joya ochentera, sumen: grupo de jóvenes descastados, unidos casi a la fuerza, adelante de su tiempo y con unas ganas locas de salir al mundo, pase lo que pase. En medio, un desglose de emociones humanas que poco le piden al “Choose life…”.
Amor sin barreras
(EUA, 1961)
Dirigen: Jerome Robbins, Robert Wise
Música, pandillas juveniles, traiciones, una gran ciudad y en medio de todo una pequeña gran historia de amor. Sí, Trainspotting es poco shakepeariana, pero entre el manejo de la música, el color y la visión crítica de ambas películas probablemente estén más relacionadas de lo que creemos.
Quadrophenia
(Reino Unido, 1979)
Dirige: Franc Roddam
Otra vez, sumen: conocemos a un chico aburrido de su vida normal en su casa y con sus padres. Para escapar de ese planeta oscuro recorre Londres en motoneta, consumiendo anfetaminas y unido a muerte con sus colegas “Mod”. Encima, consume música y más anfetaminas como si el mundo terminara mañana. ¿Les suena conocido?
24 Hour Party People
(Reino Unido, 2002)
Dirige: Michael Winterbottom
Un retrato descarado y sin concesiones del surgimiento como potencia mundial musical de la ciudad de Manchester, sin la cual la banda sonora de Trainspotting no sería nada. Muchos personajes idolatrados en las frases tanto de la novela de Irvine Welsh como de la película de Danny Boyle surgieron de historias como las de esta película.
Naranja mecánica
(Reino Unido-EUA, 1971)
Dirige: Stanley Kubrick
En el momento del estreno de Trainspotting la película contaba con el eslogan “La Naranja Mecánica de nuestros tiempos”. De nuevo las pandillas, de nuevo la crítica social. Violencia explícita y abuso de drogas en el umbral de lo legal y lo ilegal, y de nuevo (Danny Boyle por siempre) los amigos y las traiciones entre amigos. Agreguen un detox intelectual que poco le pide y mucho le aporta al detox de Trainspotting.
Miedo y asco en Las Vegas
(EUA, 1998)
Dirige: Terry Gilliam
Situaciones límite en la ciudad límite. La realidad alterada en estados alterados. El registro de todo a través del filtro del exceso de drogas de las que a veces ni se nos da el nombre. Monólogos eternos en off, justo como los que tanto le gustan a Danny Boyle y de los que hizo gran uso especialmente en Trainspotting.
Requiem por un sueño
(EUA, 2000)
Dirige: Darren Aronofsky
Sueños de heroína. Alucinaciones en medio de la depresión frente a la tele que entrega otras drogas y otras alucinaciones y que se encarga de romper más sueños. Heroína tras heroína y los fondos a los que nos puede llevar, todo sin enfoque moralista, como poco moralista es Trainspotting y su abuso de la heroína.
Shadowplayers
(EUA, 2006)
Dirige: James Hayward
Es algo como lo que se hizo en 24 Hour Party People pero en formato documental. Se trata probablemente de uno de los mejores registros del surgimiento de Manchester como potencia musical pero al mismo tiempo uno de los menos conocidos, así que es momento de acercarse a él.
Crash
(Canadá-Reino Unido, 1996)
Dirige: David Cronenberg
Es del mismo año que Trainspotting, es de un director también de culto como Danny Boyle. Es extraña y convulsa como muchas de las secuencias de Trainspotting y aunque son de otro tipo, también hay adicciones y excesos. Es la hermana no oficial de “La vida en el abismo” más por sus atmósferas y su aroma a desesperanza que por su historia, aunque verlas juntas quizá no sea tan mala idea.
