Anna Karenina
La mujer y la pasión
Por Erick Estrada
Cinegarage
En un arrebato de desconocimiento cualquiera podría decir que el director Joe Wright está empeñado en vivir en un mundo que no es el suyo. De él hemos tenido visiones del pasado en Orgullo y prejuicio (Francia-Reino Unido-EUA, 2005) y Atonement (Reino Unido-Francia-EUA, 2007) –es decir Expiación, deseo y pecado- ambas con Keira Knightley más que como musa, como vehículo conductor de las pasiones que intenta analizar.
Y es que su cine, o por lo menos estas películas, no se quedan solamente en la recreación de época. Caminan por las ideas y las emociones de sus personajes (ambos con el rostro cálidamente fatal de la Knightley) y se adentran en sus impulsos más primarios y termina, lo siento, armando una nada agradable litografía de la humanidad, esa sí, trátese de la época que se trate.
Wright regresa ahora con Anna Karenina, una de las novelas surgidas del realismo más aplaudidas en la historia de la literatura (León Tolstói, nada menos) y una de las más complejas especialmente si de transportarlas al cine se trata. Lo curioso es que Wright, apoyado en el guión de Tom Stoppard, se limita a seguir las líneas principales trazadas por Tolstói para llegar a la meta: narrar la pasión que hace que Anna Karenina pierda los estribos, la comunicación de ciertas ideas de libertad y cambio a finales del siglo XIX (traídas aquí y desde la novela gracias al personaje Levin), la hipocresía y cerrazón de las altras esferas sociales y, claro, el tremendo castigo y rechazo hacia la persona de Anna de parte de esas mismas esferas.
El resultado es simplemente brillante. No solamente por la recreación, que para muchos a veces es suficiente para hablar de una buena película cuando en realidad no están vinculadas. Tampoco es sólo por el trabajo con los actores, que se nota intenso, elaborado, con tareas y talleres. Va más allá de ese guión bastante luminoso. Se trata de lo mejor que puede entregar una película inspirada: el todo es mejor que la suma de sus partes y aquí de lo que se trata, es de ver ese todo, de caminar tras bambalinas.
Efectivamente, la cinta abruma (para mal) por momentos, se regodea a veces en los pensamientos de personajes importantes pero que en conjunto nos sacan de foco (Jude Law está muy bien pero no nos vendría mal no tenerlo tan cerca tantas veces). Sin embargo, el análisis visual, cinematográfico/teatral que Wright consigue con la película se ha visto poco y hay que referirse a sus propias películas para notar no una evolución sino una profundización de sus temas.
Anna Karenina es un trabajo en el que al lado del escritor de Brazil (Reino Unido, 1985)y de El imperio del Sol (EUA, 1987) -y que disfruta tecleando dramas a la Shakespeare: Rosencrantz y Guilderstein están muertos, The Fifteen Minute Hamlet, Shakespeare enamorado-, Wright llega de nuevo a escarbar en nuestra cabezas y a cuestionar tanto al romanticismo como al realismo, tanto al odio y a la ambición como al amor a primera vista y a la manía de seguir los dictados del corazón. No es, aclaro, un drama a la Shakespeare; pero si de historias trazadas por dos grandes escritores se trata, podemos decir que igual que éste, Tolstói y Wright están buscando muchas de las razones de ser como somos y Anna Karenina es una estupenda oportunidad para ver cómo lo hacen. Esta vez, el uso de un escenario en ruinas es el marco, lo demás se queda en los actores. Estilo que le llaman.
Anna Karenina
(Gran Bretaña-Francia, 2012)
Dirige: Joe Wright
Actúan: Keira Knightley, Jude Law, Aaron Johnson, Kelly Macdonald
Guión: Tom Stoppard
Fotografía: Seamus McGarvey
Duración: 129 min.
A mi me encanto la película. El uso de recursos como el teatro y la música al principio de la película la hace un tanto surreal per conforme pasa la pelicula estos recursos van desapareciendo y se diluyen ya en escenografía real, al igual que Anna va cayendo en la cuenta de la monotonía y tedio de la realidad… La manera de retratar como la felicidad no consiste en la chispa de emociones de un instante sino en pequeñas dosis de detalles sorprendentes de la vida me fascino… Altamente recomendable… y Keira, me deslumbro con su actuación, con su personaje complejo, incluso más que Jennifer Lawrence en Juegos del Destino y por mucho, me parece que el Oscar era más para Keira.
Y ahora concluyo, tras ver Anna Karenina, Juegos del Destino, Una Aventura Extraordinario y Lincoln, Argo no debio ganar!
Pues no se si Argo se lo merecía pero a mi me pareció un peliculón, cuidado al detalle y una tensión de los mil diablos en casi todo el filme.