Frankenweenie, crítica

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Frankenweenie
El horror, el horror
Por Erick Estrada
Cinegarage

Muchas veces Guillermo del Toro ha declarado su amor por los monstruos, seres que son como son y que no pueden evitarlo. Admira su lado humano normalmente oculto por deformidades achacadas o reales, tan humanas como las virtudes que el resto del mundo aplaude. En ese sentido, se conecta directamente con Tim Burton, alguien que ve en los rechazados (los descastados les llamaría Jack Kerouac, los famosos outsiders) la oportunidad de reencontrar la luz en un mundo tan descarnado. Burton, desde siempre, ha sabido comunicar humanidad hablando de los otros, de aquellos a los que los humanos egoístas han apartado en la oscuridad.

Su apego al cine de horror es entonces natural y se refuerza con su propia biografía. Su ojo se educó con los clásicos de la Universal, con imágenes que rescatan la influencia expresionista aunque después se les otorgue la gracia del final estilo Hollywood. Una mezcla extraña de encanto y desesperanza, de final feliz después del túnel oscuro.

Frankenweenie -el largometraje surgido 26 años después del cortometraje homónimo y primigenio- es el replanteamiento de esas raíces y lo es con las dosis exactas de recuerdos de la infancia, de repaso de películas clásicas y de entretenimiento. Sumemos que logra lo que pocas películas actualmente, hermanar de verdad características que hacen del cine entretenimiento de calidad y que lo dotan, como debe de ser, de lecturas mucho más intersantes: en Frankenweenie coinciden la animación cuadro por cuadro y las atmósferas en blanco y negro (presentes en el cine desde los orígenes), con la tercera dimensión y el retoque por computadora (tecnología de punta en una historia clásica).

En su comedia macabra (que un niño resucite a su mascota lo es, veamoslo como lo veamos), Burton deja claro que el cine de horror y sus historias son merecedoras de atención, que los monstruos forman parte de nosotros mismos y que si bien son un reflejo de nuestras ansias y deseos, son también depositarios de afectos y consideraciones… o deberían de serlo. Después de ver Frankenweenie queda la sensación de que el cine horror nos quiere decir más de lo que nos espanta y que a veces le cerramos la puerta por necedad.

En la historia alargada de aquel primer homenaje a Frankenstein (EUA, 1931) caben y aparecen más referencias, cierto, pero también se narra la maldición de la codicia, lo desagradable de la uniformidad (Mr. Burgemeister lo deja claro), el miedo al pensamiento distinto, los peligros de la masa, la necedad de los maniqueísmos, como algo más peligroso que los monstruos en sí. La película regresa al cine de monstruos tradicional y aparentemente rebasado para devolverle un discurso mucho más valioso que el susto barato o las imágenes perturbadoras.

Por ello extraña que sectores ultracorrectamente políticos señalen a la cinta como un discurso que se burla de “los distintos” o de “los diferentes”. La película habla por ellos desde el momento en que carece de villanos, los dota de personalidad y de ideas y claro, toma postura desde el momentp en que su personaje central es ya alguien que sería señalado como un fenómeno. Aquí, personaje(s) y película dejan un mensaje mucho más alentador que otras cintas regañonas que quieren hacer ver las maldades del abuso en las escuelas y de los beneficios de la tolerancia. Y lo hace porque sus herramientas así como su discurso son sutiles, depreocupadas y sobre todo, porque en su vuelta al pasado, se sirve de lo clásico para hablar de lo actual.

Con lecturas tan rebasadas como las que acusan a Burton, en una película que de entrada representa un proyecto personal, que replantea la importancia de las historias verdaderas y del cine de terror, que juega tan cordialmente con estereotipos reales o ficticios (una lástima que en la traducción el nombre de E. Gore se pierda en el de un simple Edgar), los acusadores se poenen más de lado de la masa que caza y tortura al monstruo de Frankenstein que del monstruo en sí. La película habla a la inversa y lo hace estupendamente bien.

Frankenweenie
(EUA, 2012)
Dirige: Tim Burton
Voces: Winona RyderCatherine O’Hara,Martin ShortMartin Landau
Guión: Tim Burton, John August
Fotografía: Peter Sorg
Duración: 87 min.

Comments (8)

  1. Esta película es una historia que si bien es cierto ya se
    había realizado con actores reales, en esta ocasión el director Tim Burton le
    da un giro diferente contándola de una forma brillante y poco más larga a la
    tradicional, sin embargo vale la pena esperar y verla completa ya que Frankenweenie está
    hecha bajo la técnica de animación llamada Stop Motion, asi mismo la cinta va dirigida a todo tipo de
    público y es atractiva visualmente.

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  2. Frankenweenie es una historia merecedora de atención ya que está hecha bajo una técnica de animación llamada de Stop motion y aunque es en blanco y negro es muy atractiva, href=”http://www.hbogola.com/#home”>Frankenweenie visualmente ofrece escenarios tétricos y tenebrosos que dan pie a que el espectador eche a volar su imaginación. A su vez vale la pena destacar que la película es una versión diferente a la tradicional Frankenstein.

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  3. Porquería de película, como las últimas porquerías que ha sacado Tim, que paso con el genio que creo Jack…. creo que ha desaparecido, lo único rescatable son las figuras de los personajes.

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  4. Excelente….. ya la ví y me dejó satisfecho después de la porquería que fue Alicia dude en ir a ver esta pienso que hasta el mismo Burton regreso…. con su geniaidad estética y humor negro se le extrañaba tanto….creo que es su mejor trabajo desde Sleepy Hollow y se nota que tuvo un poco más de libertad creativa… ¿será por que fue un proyecto personal?.. quien sabe pero se agradece sacudirse un poco el yugo de la casa Disney

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