Atrocious, la crítica

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Atrocious
El terror que genera la nada
Por Erick Estrada
Cinegarage

Seamos breves como la película en cuestión, apenas una hora y diez minutos. Olvidando que al ignorar el lenguaje cinematográfico, este tipo de películas simplemente lo reafirman al recurrir más pronto que tarde al recorte del tiempo; a corregir encuadres para ver lo que en su débil formato de “cámara al hombro-material real” alcanzan a registrar; a rebotar cada vez entre más cámaras (dos en este caso); olvidándolo, entremos al género Terror, que es donde Atrocious quiere incluirse.

Terror en cine es mostrar todo lo que se pueda o esconderlo para generar atmósferas que tensionen a quien ve la película. Bajo esa definición podemos ir desde El despertar de los muertos (Italia-EUA, 1978) o fantasías gore como Evil Dead (EUA, 1981) -o incluso El exorcista (EUA, 1973) a terrores menos gráficos pero igualmente intensos, como El bebé de Rose Mary (EUA, 1968)o la inevitable El resplandor (EUA-Reino Unido, 1980). ¿Qué hacemos cuando una película de terror no cuenta ni con lo uno ni con lo otro, especialmente hablando de atmósferas? Ahí es cuando surgen las comparaciones disparatadas para tratar de sobrevivir amarguísimas experiencias como lo es ver los 70 minutos de Atrocious.

En el México de 1989 se filmó una cinta de terror conocida como Vacaciones de terror, un experimento en el que se usaron efectos especiales, gritos y cuchillos voladores para contar la historia de una familia que se iba al campo a pasar un fin de semana en lo que resultó ser una casa embrujada. La cinta vista hoy es de hilarante culto, pero se le reconocerá siempre que, en primer lugar, incluyó en su reparto a estrellas reales de la época bajo la dirección de René Cardona III; en segundo término, que conociendo las reglas elementales del juego mostraron todo lo posible para coneguir su meta. Lo que tenemos hoy es una de las películas de terror mexicanas más fallidas pero más divertidas y mejor intencionadas de nuestra historia. Irresistible cuando aparece la oportunidad de verla.

Del otro lado está Atrocious contando en muy pocas palabras la misma historia, solamente que ambientada en los alrededores de Sitges, Cataluña. Sin embargo, adherida con muy poco tacto a la moda de películas hechas con “el material encontrado de…” (y en consecuencia con la cámara al hombro de dos adolescentes amantes… ¡de la cámara al hombro!) el resultado es fatal, aburrido y sin el menor asomo de lo que se pudiera considerar terror en algún momento de vacío existencial.

En algún punto de la película July le dice a su hermano Cristian (mientras están perdidos en un laberinto adjunto a la casa en la que pasan semana santa), “si te parece divertido grabar a todos estos árboles, adelante, graba a los árboles”. Desgraciadamente él le hace caso y en el punto álgido de la película lo que vemos (que es lo que grabó) es una lluvia de ramas, hojas, tierra, todo en visión nocturna… y eso no genera terror, sino aburrimiento. Ni la referencia a El pájaro de las plumas de cristal (Italia-Alemania Federal, 1970) de Dario Argento los salva.

Empatamos al final con el aburrimiento de July y, al final y por si fuera poco, todos los cabos quedan sueltos, algo que incluso René Cardona III cuidó en su película. Aquí el resultado es, sencillamente, atroz.

Atrocious
(España, 2010)
Dirige: Fernando Barreda Luna
Actúan: Cristian Valencia, Clara Moraleda, Chus Pereiro, Sergi Martin
Guión: Fernando Barreda Luna
Fotografía: Ferrán Castera Mosquera
Duración: 75 min.

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