0.56%, ya en dvd

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0.56%
El ejercicio documental
Por Erick Estrada
Cinegarage

Más allá de lo nutritivo que debe resultar (y que lo es) revisar la oferta cinematográfica del país en que se vive. Mucho más allá de que éticamente deberíamos sentirnos atraídos a los temas que los documentales producidos en este país tratan. Independientemente del logotipo que cruces en la boleta electoral, aceptar la oferta de un documetal como 0.56% es un ejercicio de autoevaluación al que tendríamos que acostumbrarnos. Desperezar la mente y analizar lo ocurrido debe ser labor cotidiana… y la hemos dejado de lado.

0.56% sigue a lo largo de algunos años la vida casi pública – casi privada de una figura importantísima para las elecciones federales en el México de 2006, Andres Manuel López Obrador, el candidato con más opciones reales para ganar la presidencia en ese año. Ese trabajo, el mero oficio periodístico y de documentación sobre lo que se veía sería una contienda reñida e histórica, merece ya de entrada un aplauso. No se trata del primer documental objetivo y con enfoque serio en México, pero al abordar una situación que a la postre se convirtió en polémica, es de agradecer que de origen haya sido planeado de esa forma.

Al estar en esos terrenos, 0.56% adquirió (más concientemente) el carácter de histórico. Los documentos que presenta -entrevistas o testimoniales- fundamentan su discurso, el del cuenta cuentos que permite que los personajes hablen mientras él simplemente se encarga de darles turno (con las mañas que eso trae consigo, claro). Seguramente al comienzo del registro antes y durante las elecciones, Lorenzo Hagerman y Lynn Fainchtein (guionistas del proyecto, los que dieron forma a lo que se nota era un rompecabezas monumental) no sabian hacia dónde se encaminaría la historia. Pensando mal, podría decir que quizá se lo imaginaban y por ello es que comenzaron el registro (elaborar en directo el documental del ascenso al poder de un personaje como AMLO es sin duda tentador), y sin embargo el valor mostrado en el documento final y la dolorosa objetividad guardada ante el desenlace no hacen sino refrendar sus cualidades. Eso es hacer un documental: ahí está tu objeto a registrar, sabes a dónde quiere llegar y aunque se desvíe, la cámara se mantendrá al pie del cañón.

Sí, en 0.56% está lo sucio del juego político de esos años. Ahí están los personajes en quienes muchos confiaron. Ahí están las promesas de todos, los de ese lado de la cama y los de este lado de la cama. Ahí están las entrevistas y los “yo nunca”, las trampas, las jugarretas y el nebuloso final. Pero no lo están con pretensiones de desenmascarar o de endiosar a nadie. El montaje final nos deja con un mosaico claro y lineal (que, con las características de una contienda política como esa era muy complicado) de un momento en que la historia de este país caminaba hacia un lado y luego fue desviado hacia el otro. Profundizar en la materia oscurísima en que se convirtió esa batalla habría significado, quizá, perder el punto de vista del documental, que es el de su personaje central, Andrés Manuel López Obrador.

El trabajo y el retrato que hacen los documentalistas no tiene tache. Entonces, ¿por qué ver un trabajo como este a casi 6 años de distancia? Revisar lo ocurrido, interpretarlo a la distancia, conocerlo en caso de no recordarlo, recordarlo encaso de que se haya deslavado, es un trabajo que se necesita hacer.

Los personajes retratados son seres humanos, políticos en funciones (incluso ahora) y los giros que dramáticamente presenta 0.56% los humanizan a tal grado que la identificación con ellos curiosamente va de más a menos conforme la película camina. Y no se trata de nuevo del lado de la cancha en que se encuentren cada uno de ellos, sino del retrato que de nosotros mismos, que ya fuimos testigos de lo que 0.56% narra, rescatamos de lo que vemos. El documental quiere que lo atestigüemos de nuevo.

Revisar el México que se tenía antes de las elecciones de hace 5 años, contar los daños posteriores, detectar heridas aún abiertas (hay quien se niega a ver este trabajo por “convicción política”) es un trabajo que, de nuevo, debería hacerse cotidiano, porque en un trabajo como este en donde aparentemente no hay antagonistas, quizá todos lo son excepto nosotros, que tendríamos de nuevo la decisión en nuestras acciones, en nuestras plumas, en nuestro trabajo. ¿Cuántas veces una película te da oportunidad de hacer eso, de reflexionar lo que en su momento no te dejaron hacer?

Ya pueden conseguirla en dvd.

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