Riviera Maya Film Festival, 1

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Riviera Maya Film Festival 1
La inauguración
Por Erick Estrada (enviado)
Cinegarage

Siempre se habla de la película escogida para presentar la edición anual de un festival a su público. Esta vez, sin embargo, hay un ingrediente extra que dividió opiniones en la inauguración del Riviera Maya Film Festival (RMFF). La película escogida tenía le enorme misión de presentar el festival al mundo pues se trata del estreno del festejo, de la primera vez, del nacimiento.

Antes de entrar de lleno a la propuesta cinematográfica hay que aclarar puntos que de tomarse en cuenta en el futuro también deberían sumar puntos al RMFF. La alfombra roja, la presentación de los estelares (en este caso la directora del mismo, Paula Chaurand, el gobernador del Estado de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo y el invitado a la apertura, Ethan Hawke), las palabras que dan por inaugurado el encuentro, son seguidos por la proyección de la cinta escogida: hoy y de parte del director Christophe Honoré (mal escrito en la programación del RMFF por cierto), Los bien amados. Y sin embargo, después de cortar el listón y dar por inaugurada la celebración, aquí en Cinegarage creemos pertinente que como en cualquier festival de cine alrededor del mundo, tanto cuerpo político como directivos del festival deben ver la cinta escogida a pesar de que se la haya revisado 20 veces o más. Es cosa de protocolo y de darle al Festival el peso institucional que necesita, especialmente si hablamos de una primera edición.

En esta ocasión tanto gobernador como directivos optaron por abandonar la proyección al aire libre, llevándose con ellos a más de la mitad de las personas invitadas a ver la cinta de Honoré.

Olvidado el desplante, la cinta resultó por un lado ser una buena opción para abrir un festival, pero quizá no tan poderosa como para presentarlo por primera vez.

Tratándose de un musical sui géneris, con dosis de pop francés en los momentos intensos de la cinta, la presencia de la música ante personalidades como Catherine Deneuve, Milos Forman y Chiara Mastroianni, en lugar de contrapuntear o catapultar las ya de por sí azotadas situaciones en que se enredan sus personajes, funciona como un lastre que alarga la película y la convierte en una suerte de maratón en el que resulta más interesante averiguar qué personaje cae primero en lugar de descifrar las oscuras emociones que, al avanzar cada uno de ellos en edad y madurez, los llevan a comportarse de una manera tan… “francesa”… como lo vemos en la historia.

Hay sí, un guión interesante y una construcción de momentos que, de gustarnos el musical, deberían habernos emocionado profundamente, especialmente con letras tan descriptivas y a veces tan crudas sonando a pop, justo el encanto de autores de sensaciones como Serge Gainsbourg, en quien se piensa más de una vez al transitar Los bien amados. Al contrario de ello, el 90% de las canciones detienen el momento y eternizan la parábola de personajes que Honoré, ya de por sí embelesado por su propio toque, se ha tomado todo el tiempo en elaborar.

Plausible sin embargo es la idea libertaria y festiva que Honoré pintarrajea alrededor del sexo, haciendo que su película a veces sepa a fotonovela de mujeres completamente desenfadadas con el sexo, de fiestas de desnudos y erotización de la rutina. Y sin embargo, apenas las deja sobre la mesa pareciera arrepentirse y empeñarse en limpiar la sal derramada. Eso lo lleva inevitablemente a situaciones que por un lado saben a excedente incrustado en su película y por el otro oscurecen la propuesta con actitudes de sus personajes que no encuentran sustento en la biografía que nosotros mismos hemos evidenciado en la pantalla.

La cinta y su conclusión consiguieron sin embargo el otro objetivo depositado táctamente en ellas: colocar a los pocos sobrevivientes a la proyección (casi todos estaban ya saludando al gobernador) en el estado de ánimo ideal para celebrar el nacimiento de un festival de cine que, en cuestión de apoyo y ubicación pareciera no tener problemas. Corrigiendo los defectos mostrados hasta ahora deberían poder llegar a los simbólicos cinco años. Veremos. Por ahora cuentan con todo nuestro apoyo.

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