Plan sexenal
Anécdota pesadillesca
Por Erick Estrada
Cinegarage
Inexplicable y resbalosa en un comienzo, esta rara y viscosa propuesta de Santiago Cendejas de repente se dirige con precisión a los terrenos del horror mexicano más audaz pero también pierde rumbo con una facilidad preocupante. Si en ello está la decisión de confundir e incomodar a quien trata de leer en sus oscuridades (una noche casi eterna se acomoda sobre los personajes a pesar de contar con luna llena), es entonces un acierto y como acierto hay que verlo.
Una pareja (de la cual no se nos explica nada) sobrevive a su propia fiesta, un proyectil dirigido al desatre que, entre sombras y parpadeos nos deja ver que si bien se encuentran en un territorio que conocemos, podría ser también este mismo país, o una Ciudad de México, en tiempos casi post apocalípticos: un estado de ánimo apesadumbrado e infeliz que, también, resulta oportuno dada la realidad actual.
En su casa, sin luz, con toque de queda y racionamientos, poco a poco se desenreda un thriller urbano que conforme esa oscura realidad se descobija gira al horror detrás de la paredes y fuera de cuadro, muy en el estilo de Somos lo que hay pero, desgraciadamente, sin apuntes estéticos reales. Sus encuadres son menores, sus luces muy disminuidas, sus pinturas muy desdibujadas.
Se trata en realidad de una anécdota pesadillesca con ansias dostoyevskianas que a veces entrega atmósferas e inquietudes pero que por otros (inoportunos escapes de tono) hacen que la anécdota tiemble y se derrumbe para obligar a Cendejas a comenzar de nuevo.
Si disminuimos lo suficiente el rigor y el nivel de exigencia tenemos una ficción lo suficientemente desencantada como para considerarla un buen retrato de nuestros tiempos en una mezcla de ficción de bajo impacto con inyecciones de horror. Una especie de recuento de esa noche en que el Diablo salió a pasear.
Ahí caben también apuntes ante vicios contemporáneos como el desconocimiento de los otros -vecinos o parejas sentimentales- la hipocresía en tiempos difíciles entre vecinos, amigos, el descuido del otro y la individualidad caníbal. En eso, las escenas de sexo dan buena guía.
Sin embargo la narración es débil justo en los momentos en que debería acentuar, escurridiza cuando debería dar pistas o retorcer nuestra confusión, un tanto infantil cuando debiera tomar al toro por los cuernos -cualquiera que este sea- para llevarse a sí misma al siguiente nivel, al de una película realmente propositiva y que haga de la noche (sus luces, sus sombras, sus estados de ánimo) su verdadera materia prima, no el impacto simplón en que a veces se detiene.
Plan sexenal
(México, 2014)
Dirige: Santiago Cendejas
Actúan: Adrián García, Edwarda Gurrola, Noé Hernández, Harold Torres
Guión: Santiago Cendejas
Fotografía: José Stempa
Música: 88 min.