El juego de Ender, crítica

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El juego de Ender
La hiper realidad surrealista
Por Erick Estrada
Cinegarage

En esta marejada de películas en busca del gusto adolescente hay que fijarse en dos cosas cuando una película como El juego de Ender llega a la pantalla. Una, que la mayoría de los productos diseñados para personas de 16 años o menos como Crepúsculo y sus interminables secuelas se enfocan primordialmente en el gusto femenino. Entre ellas, claro, quizá la mejor de todas sea Los juegos del hambre, ahora inconclusa. En segundo lugar, prácticamente todas gozan de una ligereza apabullante y, claro, de las que no se centran en audiencia femenina, la que escapa de esa maldición quizá sea El Hobbit.

Es por ello que al llegar una cinta como El juego de Ender uno, a pesar de todo, quede algo sorprendido. Se trata en primer lugar de cine de género, ciencia ficción de arriba a abajo y, en segundo, se acerca a impulsos algo menos banales que las de sus competidoras: el valor, la entrega, la camaradería, pero también la reafirmación de la individualidad, la competitividad y la disciplina. Se acerca a la pintura de Los juegos del hambre pero hablándole a un género distinto.

La historia, como casi siempre que se habla de ciencia ficción para adolescentes, es una de competitividad y uso de la inteligencia sobre la fuerza: en un universo en guerra, en un planeta invadido y militarizado, los jóvenes están prácticamente obligados a prepararse para el combate y los gobernantes indefectiblemente concentrados en encontrar al mesías de todas estás historias, al pequeño hombre que le devolverá el planeta a la raza humana; claro, todos sabemos que se trata del famoso Ender, por lo que la película se centra en el cómo y es ahí donde adquiere un poco más de profundidad.

Si bien el juego de encontrar al mesías no es nuevo (prácticamente todo el cine de aventuras pre Indiana Jones se dedica a conseguirse uno), sí lo es la manera como este nuevo producto lo hace: une en un sólo envase el llamado del destino (muy a la Star Wars), un sistema que prácticamente lo obliga a sobresalir (una suerte de mezcla entre Farenheit 451 y 1984) y, muy acertadamente, la gramática visual hiperrealista del videjuego de última generación, ese que ni siquiera requiere de botones para ser operado.

Es ahí, en los pasajes que nos dicen que Ender se ha entrenado solo (es, digamos, la salida de su cuarentena en el desierto) en donde la película mezcla muchos de sus ingredientes en sueños que son videojuegos en donde a niveles casi lisérgicos pero atascados de la realidad que esos mundos virtuales pueden evocar ya, Ender encuentra los mensajes y muchas de las motivaciones para superar cada una de las etapas en su historia (porque no siempre se trata de obstáculos).

Sumemos que es precisamente Indiana Jones (Harrison Ford en actitud profética casi adivinatoria) quien pule el diamante en bruto que es Ender y encontraremos una película divertida, entretenida, algo propositiva dentro de su mundo (el de la ciencia ficción adolescente) y que sin duda encontrará respuesta en él. El problema es que ahí se termina todo. La cinta no busca romper sus márgenes y es por ello que se queda como una película entretenida sin toques épicos (que los necesita), sin actitudes heroicas (que tanto gustan a los cinéfilos adolescentes) y algo contenida.

Encima está el toque militarista. Mostrar a un público la disciplina rígida en lugar de la personal, la afirmación de la individualidad a través de los grados militares puede resultar a estas alturas de la evolución de la humanidad contraproducente y contraproducente resulta también en la estructura de Ender. Abogar por más libertades también debería ser parte de un discurso a los jóvenes del siglo XXI y aquí eso no existe y todo se hunde, contradictoriamente, en esos pasajes de (video)juego casi surrealistas en los que el mundo real se mezcla con los sueños y los deseos de su personaje central y que terminan por concluir cada vez menos conforme avanza la historia.

El cine de ciencia ficción adolescente todavía nos debe un héroe. Seguiremos en su busca.

El juego de Ender
(Ender’s Game, EUA, 2013)
Dirige: Gavin Hood
Actúan: Harrison Ford, Abigail Breslin, Asa Butterfield, Hailee Steinfeld
Guión: Gavin Hood
Fotografía: Donald McAlpine
Duración: 114 min.

Comments (3)

  1. Un dato a tomar en cuenta sobre la critica de Erik es que la historia esta basada en el libro de 1985, en ese tiempo, supongo yo ya que no viví esa época, los elementos militares estaban presentes mas que las libertades y los derechos que hay hoy en día… y quitar ese elemento para adecuarlo al nuestro creo que le quitaría chispa a la cinta. En lo personal, me gusto mucho la película, el que se hayan arriesgado a hacerla me encantó y la elección de Asa Butterfield como Ender estuvo más que acertada. Yo si la recomiendo, OJO, a las personas que logren aceptar la premisa de una cinta de ciencia ficción basada en guerra y luchada por niños, de no ser así, no tiene sentido que la vean… Eso si, es mas profunda de lo que muchos pueden llegar a pensar.

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