Los juegos del hambre: en llamas, crítica. Película de la semana

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Los juegos del hambre: en llamas
Los niños contra el sistema
Por Erick Estrada
Cinegarage

En la primera parte de esta película nos habían dejado algo muy claro: esto se trataba de una rebelión, una muy personal (la de la famosa Katniss Everdeen) que sin querer (como casi todas las revoluciones) se convierte en una contra el sistema. De hecho, cuando esta segunda parte arranca, todo se parece más al retrato de la necesidad de sobrevivir de ese sistema que se siente amenazado y que se refugia en el mecanismo con el que se mantiene la televisión: las mentiras que suelen construir con ficciones improbables, en este caso la que cuenta que los sobrevivientes de los crueles Juegos del hambre que se salvan por amor, no por camaradería.

Katniss Everdeen se encuentra en el final de la primera parte dividida entre dos “amores”. Así comienza En llamas y así se nos muestra a un gobierno fascista (parecido en muchos aspectos a muchos no fascitas en la vida real) dedicado a absorber, para anularla, todo rastro de esa revolución social involuntaria. Ahora el trabajo de la película es hacer todo eso creíble.

Los instrumentos con que Francis Lawrence cuenta (en apenas su cuarto largometraje) son lo suficientemente poderosos como para darle la confianza necesaria y trabajar en el montaje de su cinta, una cualidad extra que hace de las más de dos horas de película algo no tan pantanoso de transitar. Por un lado está (podemos ya decirlo) la infalible Jennifer Lawrence que deja ver su capacidad tanto en escenas reales (las menos en una historia de aventura juvenil mezclada con ciencia ficción setentera) como en aquellas que al describirlas pueden sonar tan infantiloides como bobas: el acoso mortal de una niebla venenosa.

En el segundo frente hay dos guionistas que no deberían necesitar presentación. El primero es Simon Beaufoy, cuyos últimos tres guiones pertenecen a películas que han peleado fuerte por un Oscar (no siempre en el rubro de guión), Salmon Fishing in the Yemen (Reino Unido, 2011), 127 horas (EUA-Reino Unido, 2010) y ¿Quién quiere ser millonario? (Reino Unido, 2008). El segundo es Michael Arndt (que aparece en los créditos como Michael DeBruyn), que ha escrito los guiones de Pequeña Miss Sunshine (EUA, 2006), Toy Story 3 (EUA, 2010) y Oblivion (EUA, 2013). Son ellos, sin duda, los que elaboraron esta extraña pero gratísima masa con ingredientes tan juveniles (con cierta dosis de la misma ingenuidad) como los de Fuga en el siglo XXIII (EUA, 1976), esa carrera en la que Logan se rebela contra una ciudad que terminaba la vida de sus habitantes cuando éstos cumplían 30 años; Omega Man (EUA, 1971), la historia del último hombre sobre la Tierra que debe encontrar sentido a su encierro; y El cubo (Canadá, 1977), en donde siete desconocidos tienen que inventar algo de compañerismo mientras un sistema/laboratorio los observa actuar dentro una maquinaria homicida reflejo de ese mismo sistema.

Si hay que buscar a los culpables de que Los juegos del hambre: en llamas pase tan rápidamente de una telenovela peligrosamente superficial a una historia que muestra a una heroína sin ganas de serlo (primer conflicto), forzada a dejar de ser lo que no quiere ser (segundo conflicto), pero incapaz de cerrar los ojos ante las injusticias de su mundo (todo ello dilemas naturales de la adolescencia). Si hay que entender cómo todo esto se convierte en una entretenida historia de acción y especulación científica/mediática que envilece lo que en el melodrama ya narraban Edtv (EUA, 1999) y El show de Truman (EUA, 1998) para narrar en mundos accidentados lo que en realidad es el surgimiento de la muy saludable brecha generacional. Si todo eso puede llevar aromas de declaraciones políticas nada profundas pero no por ello invisibles, hay que triangular los nombres arriba mencionados.

Dejemos también claro que se trata de una película de transición, encargada solamente de puentear la historia inconclusa de la primera parte hacia dos cintas finales (exigencias del mercado completamente innecesarias) que se sabe ya describirán a esa famosa revolución a detalle (de otra manera, ¿para qué dos películas) y que necesariamente se cargarán hacia el lado del cine de acción. El imperio contraataca (EUA, 1980) es en ese sentido su mayor referente y aunque ni siquiera se acerca a su oscuridad, a su músculo y mucho menos a su independencia dramática (en su apertura como segunda parte y en su final abierto es una película que funciona sola), En llamas cumple con la tarea de terminar con el dulce dilema de la señorita Everdeen para transformar todo en una historia de rebeliones, mucho menos fantasiosa (de hecho los elementos casi mágicos como los aditamentos que auxilian a Katniss a sobrevivir los Juegos desaparecen en un 90%) y más activas.

La transformación del personaje se cumple y las hormonas adolescentes de su gigantesco público hierven en el camino en el que vemos cómo poco a poco la dulce y contrariada chica se desvanece y ennegrece su níveo vestido para convertirlo en un traje más pesimista y personal. Pasamos de sus long shots de indecisión y nerviosismo a un conclusivo close up que convierte esos incontrolables impulsos de seguirla (los chicos se fotografiaban al final de la proyección al lado del cartel con su imagen), en la idea de terminar con todo y hacerse del control, de acabar con un sistema e implementar otro, más personal.

La eterna lucha de los niños contra el sistema. El inicio de la brecha generacional. El close up de Jennifer Lawrence.

Los juegos del hambre: en llamas
(The Hunger Games: Catching Fire, EUA, 2013)
Dirige: Francis Lawrence
Actúan:  Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth Elizabeth BanksJena MaloneWoody Harrelson
Guión: Simon BeaufoyMichael Arndt
Fotografía: Jo Willems
Duración: 142 min.

Comments (7)

  1. Yo no soy ninguna expecta en el cine pero soy parte de la audiciencia desde que tengo memoria amoa a las peliculas y conozco la mayoria que podria haber y a sus actores, al ser parte del publico que disfruta viendo cualquier tipo de pelicula doy con todo el respeto que esta pelicula Juegos del hambre en llamas es una de las mejores peliculas que puede haber visto en mi vida he leido muy poco de su libro pero la adaptacion que tiene en la pelicula es marravillosa .

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  2. Es para verdaderos cinefilos, que no reparan en cuestiones superficiales o mediáticas del 7mo Arte, basado en una saga de novelas de ficción que estoy seguro no tendrían el mismo impacto sin la puesta en el cine. A mi no me gusta lo comercial en las películas, por muy bien que estén hechas o lo mal que resulten, en ese caso preferiría ver en cartelera las películas de “Fahrenheit 451” incluso “Brave New World” por mencionar grandes libros de C. Ficción. Me parece que estas películas cumplirán con el método de entretener a la audiencia y dejara mucha tarea para los verdaderos críticos de cine. No para mi. Buen trabajo Carnicero. Saludos a todos

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  3. Yo tampoco he leído los libros, pero en cuanto a las adaptaciones, considero a esta segunda parte un verdadero logro. Mientras la primera parte muestra todos esos conflictos adolescentes acompañados de fantasía incesante, esta segunda parte nos adentra en las consecuencias llevadas al extremo surgidas de un aparente acto de rebeldía (que fue más incidental que voluntario).

    Esta película sirve mucho como retrato de situaciones reales que, desde mi punto de vista, deben funcionar como espejo para nuestra sociedad.

    Muy buena película y muy buena crítica, Carni 🙂

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