Los amantes pasajeros, crítica. ES.CINE

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Los amantes pasajeros
Todas las comedias de Almodóvar
Por Erick Estrada
Cinegarage

Un par de locaciones (una de ellas el interior de un avión que vuela de Madrid a la Ciudad de México), un reparto colorido pero igualmente reducido, tono festivo (más que de comedia), números musicales y unas ganas locas de perderle respeto a toda autoridad (comenzando con el piloto del avión y terminando con el Rey y un alto ejecutivo financiero, de esos que no tienen empacho en robar y seguir robando especialmente en tiempos de crisis); así por encima culaquiera podría pensar que Almodóvar ha vuelto a sus propias comedias. Diremos que lo ha hecho solamente en parte. Almodóvar es un cineasta mucho más maduro y aquí lo deja ver.

A pesar de que el tono y el ritmo de Los amantes pasajeros se deslava en un final que sabe demasiado reflexivo para una opereta tan directa como la que se plantea aquí, la cinta es un jovial vehículo de reflexión sobre de la crítica situación de España en los últimos años.

Están todos, desde los actores que huyen de la crisis para trabajar en culebrones mexicanos (a pesar de lo violento que es el país), hasta los azafatos desfachatados que le dan a Almodóvar el punto de vista ideal para esta casi tragicomedia. Son ellos los que ven pasar a los demás, frente a ellos desfilan todos los estereotipos que harán de este avión un micro universo estilo El ángel exterminador (México, !962) -nadie puede salir, estamos obligados a compartir nuestros espacios y nuestros olores- en el que Almodóvar se mete, antes que nadie, con los que ostentan el poder, real o ficticiamente, para bien o, como en este caso, preferentemente para mal.

Es decir, este encierro, estos espacios compartidos, son más un castigo que el tan prometido escape hacia México, hacia un lugar en el que no pueden ser ajusticiados. La justicia, como ya lo imaginarán, tiene que hacerse presente por obra de estos estereotipos enfrentados. Ellos son los nuevos “jueces”.

El hecho de que el avión se convierta en un círculo vicioso buñueliano casi nos obliga a entrar a la reflexión de Almodóvar: se necesita hablar de nosotros, estar entre nosotros, saber qué fue lo que pasó. La enorme ventaja es que todo llega en una voz tan de él que aquí a veces se hace incendiaria, a veces se acerca al thriller (hay pequeños momentos de tensión contenida muy afortunados) y lo hace en colores que harán que sus admiradores se encuentren en terreno conocido.

Recordemos los niveles de Todo sobre mi madre (España-Francia, 1999) y los guiños al film noir de La piel que habito (España, 2011) y tratemos de pensar si esta película es un paso hacia algo aún más inspirado o es un regalo en forma de pausa a la memoria de las mejores comedias de Almodóvar, a todas, de ahí las auto referencias.

De cualquier manera se trata de un viaje exitoso aunque el destino (igual que el tono deslavado del que hablaba antes) sea a un punto distinto al prometido, a un aeropuerto inútil (en este símbolo de la crisis y los desfalcos Almodóvar dio en el blanco) y a un baño de espuma (literal) sexualmente abierto a manera de sanación (los chistes alrededor de la mezcalina son de los mejor en la película), una vuelta hacia atrás que tampoco hay manera de reprocharle.

Los amantes pasajeros
(España, 2013)
Dirige: Pedro Almodóvar
Actúan: Javier Cámara, Pepa Charro, Lola Dueñas, Guillermo Toledo
Guión: Pedro Almodóvar
Fotografía: José Luis Alcaine
Duración: 90 min.

Comments (3)

  1. me divertí mucho con esta película y eso siempre se agradece.
    Hay muchos guiños como vos decís a la crisis que atraviesa España, los actores geniales. No entiendo xq tanta mala crítica que he leído x ahí. En fin…

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