Abolición de la propiedad, crítica. Película de la semana.

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Abolición de la propiedad
El terror del vacío
Por Erick Estrada
Cinegarage

Abolición de la propiedad es la película más reciente de Jesús Magaña, pero es al mismo tiempo la revitlización de un texto que José Agustín escribió en sus años más rebledes. La novela (que después se transformó en obra de teatro) fue escrita en 1969 y en su historia encierra, costumbre del señor José Agustín, violencia, búsqueda de la identidad, sexo, todo en un tono tan mexicano que resulta iuniversal.

Lo curioso de la aproximación al texto que hace Jesús Magaña es que decide debilitar cualquier alteración que la narración “tradicional” en cine pudiera hacerle a los diálogos, espina dorsal de la historia. Dos seres humanos, un hombre y una mujer, se encuentran en el sótano de una casa y ahí, después de comenzar a platicar, se suceden situaciones entre surrealistas y descabelladas: los tiempos se trastocan, una grabadora predice lo que ellos harán en el futuro inmediato (aún dentro del sótano) y el amor se convierte en odio mientras que el odio los empuja a un enfrentamiento frío y nada jovial.

En manos menos tranquilas, en una cabeza con pretensiones más ajenas, una narración de este estilo habría derivado en un delirio visual que mancharía la pantalla, empañaría el discurso y llevaría a otro sótano el trabajo de los actores, aquí Humberto Busto y Aislinn Derbez en un round eterno que sobrellevan con mucha agilidad e incluso frescura (algo de lo que, en general, los actores en México carecen cuando se trata de solamente dos personajes en escena). En ojos más envidiosos y de miras cortas esto se habría convertido, paradójicamente, en un remolino revuelto de espacios y tiempos que ya de por sí están trastocados por la figura estilo pitonisa-de-desgracias que es la grabadora.

Es probablemente por ello que Jesús Magaña opta por desaparecer todo lo que rodea o pudiera rodear a esa espina dorsal y nos entrega una película que sin ser minimalista transforma su discurso visual en uno más que elemental, fabrica atmósferas con un mero juego de luces y hace, en consecuencia, que muchos movimientos de su cámara sean casi imperceptibles, como imperceptibles son para los personajes los cambios trágicos que caen sobre ellos… Pero sólo imperceptible para ellos pues por otro lado, en ese discurso visual elementalísimo el ritmo del montaje es veloz.

Los aires desprovistos de casi todo se convierten en el horizonte limpio en el que vemos venir la desgracia de estos otros Adán y Eva, que desean poseer más que la manzana del árbol: quieren poseerse uno al otro. Es la nitidez y la simpleza de su aparente complejidad. Es la manera de desnudar la falsedad y los vicios de la sociedad que los ha hecho como son.

Pongamos otros ejemplos. La que quizá sea la más valiosa y valiente cinta de Lar Von Trier, Dogville (Dinamarca-Suecia-Reino Unido-Alemania-Holanda-Noruega-Finlandia-Italia, 2003), estrenó una visión como esa, una en la que los actores y sus voces tomaban el plano principalísimo y enfrentaban a la audiencia -desprovistos de escenografía y vestidos solamente por las luces- con un sentido trágico e hipócrita. Es el señalamiento más claro que jamás reconoceré a ese director.

Sin igualarlas, Abolición de la propiuedad deja igualmente el pizarrón limpio, tanto que estos otros Adán y Eva son incapaces de dejarlo pasar sin evidenciar sus grietas, las de ellos y las del pizarrón. Ellos dos son la guerra de los sexos. Ellos dos son la hipocresía hecha  estereotipo. Ellos dos son la película de terror surgida de la novela de un escritor de La Onda. Son el círculo vicioso de nuestras sociedades y tradiciones. Ese círculo es lo único que se dibuja en este pizarrón limpísimo, lo único.

Abolición de la propiedad
(México, 2012)
Dirige: Jesús Magaña Vázquez
Con:  Humberto Busto, Aislinn Derbez
Guión: Jesús Magaña Vázquez
Fotografía:  Alejandro Cantú
Duración: 86 min.

Comments (5)

  1. David Rodríguez · Edit

    Es una excelente película que debe ser vista en muchas ocasiones a lo largo de la vida, refleja la naturaleza del mexicano y la vibra de la juventud en un tono que parece atemporal, pues las discusiones son las mismas y los prejuicios e ideas se sostienen en el tiempo.
    Sin duda no es apta para cualquier ojo no educado, o no dispuesto a entrar en el juego íntimo de los personajes, una vez que asumes el reto de ver la película sin miramientos rapidamente te envuelve en el caos, romance, misterio, enigma, juegos lógicos y demás maravillas impresionantes.
    En fin, la obra no tiene el país que se merece.

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  2. Por lo general llenan de comentarios las criticas, me sorprende que en esta, esté vacío la sección de comentarios. Creo que a esta película se le ha tratado de una forma que no merecía, se tardaron, literalmente, años en estrenarla y ahora que está, o bueno, no sé si aún siga en cartelera se le ha tratado de una forma muy ingrata, no conozco a nadie que le haya interesado verla y a pesar de la poca difusión es una gran pero gran película, me gustó demasiado. No tengo más qué decir, sólo que de igual forma, la crítica ,me ha parecido muy correcta.

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