Melancolía, crítica

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Melancolía
El globo de color
Por Erick Estrada
Cinegarage

Después de 14 películas, del Dogma y un presunto primitivismo que nunca ejerció como los buenos (a pesar de haber copiado prácticamente todos los postulados de la Nueva Ola Francesa y haberlos encoctelado con otros tantos del Neo Realismo Italiano), el señor Lars von Trier regresa a un país que le ha aplaudido todo tipo de pretensiones como se le aplaude al dictador del cual no se tiene una visión real, humana.

Mucho del éxito de los proyectos de von Trier podrían atribuirse a ese halo mediático que él mismo se ha fabricado, a esa aparente lejanía, al falso misticismo de sus desapariciones y el bizarro y débil hermetismo de sus rodajes, contrapuesto a lo banal de muchas de sus declaraciones, de sus ensayados desplantes en los festivales de cine y a lo ridículamente elemental de sus historias. Y es en esas historias en donde von Trier deposita todos los elementos que enumero y lo ha hecho desde siempre, desde que quiso atraer la atención del mundo.

La diferencia es que antes de que gozara de la preferencia de los deslumbrados y de que pudiera filmar con despliegues técnicos como los que presume y explota al máximo en Melancolía, se limitaba a grabar con cámaras pequeñas y limitaciones técnicas que en teoría debería acercarnos al drama humano que siempre ha querido hacernos creer que le interesa tanto.

¿No le creo? No, porque si de verdad le interesara el drama humano, la imposibilidad de escapar de nosotros mismos o la perenne tragedia de la humanidad (hagan una lista de sus personajes y verán que a todos les va igual), haría alguna mínima variante en el ataque que dirige, siempre y sin posibilidad de duda, hacia sus personajes. Melancolía es, previsiblemente, una lista de todas las fórmulas y las situaciones con las que ha jugado en sus 14 películas anteriores, acomodadas para provocar la reacción de escándalo (o sorpresa, dependiendo qué tanto se le estime al director) que tanto le gusta y que le garantiza, cerrando la fórmula, que se hable de su película.

Y sí, henos aquí hablando de su película sin querer ni poder entenderla porque Lars von Trier siempre hace que ese entendimiento sea sustituido por reacciones emotivas. Y aquí no escatima en los elementos que nos regala (porque mucho de lo que se ve en Melancolía es gratuito, para variar) para que esa lectura desde la entraña se detone desde el principio.

Por eso tenemos a la boda prístina, perfecta, impecable de dos personajes en plena decadencia; por eso tenemos una fotografía deslumbrante y colorida narrando una supuesta tragedia de magnitudes planetarias. Porque, quién lo iba a decir, es un planeta oculto el que de repente para nosotros (pero con cronómetro en mano para él) se convierte en metáfora de esas desgracias, una que decide que ya es hora de estrellarse contra la Tierra. No nos preocupemos en comprender todo ello porque, claro, la fotografía y las imágenes inundan la pantalla en una yuxtaposición inquietante, igualmente balanceada, deslumbrante en su paleta de colores. Melancolía es la gigantesca ballena de tragedias que hasta la saciedad nos ha dibujado von Trier en todas sus películas.

El hombre no puede escapar a su destino, los héroes son completamete inútiles (y para ello nos acomoda también a Kiefer Sutherland destapando la botella de las posibles sobre lecturas aquí, donde solo hay provocación y nada de subtexto); todo termina por derrumbarse, el amor se llama Anticristo y así sucesivamenbte hasta darnos cuenta que este rollo ya lo conocemos, sólo que en lugar de la guapísima Kirsten Dunst tuvimos ya a Björk y a Nicole Kidman y a Emily Watson y así sucesivamente… otra vez.

¿Quiere von Trier que le hagamos una sobre lectura? Siempre lo hace. Se puede y hasta se antoja hacerlo con otras películas menos fastuosas, de menos renombre y probablemente igual de vacías, pero ahí tenemos, por lo menos, la libertad de elección de una historia nueva. Tratándose de Lars von Trier cambia el tamaño y el color del globo, pero adentro siempre hay lo mismo: aire, nada más que aire, el mismo aire.

Melancolía
(Melancholia, Dinaramra-Francia-Suecia-Alemania, 2012)
Dirige: Lars von Trier
Actúan: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Surtherland, Charlotte Rampling
Guión: Lars von Trier
Fotografía: Manuel Alberto Claro
Duración: 130 min.

Comments (22)

  1. Totalmente de acuerdo Erick! Una pelicula vacia que al parecer sedució a los amantes del melodrama en fin, esa es la esencia de ellos sin embargo desde mi opinión creo que peluculas como estas son un desperdicio de tiempo.

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  2. Hola, no había leído esta crítica, yo soy de esos fans pretenciosos, vacíos y lo que sea que se haya escrito aquí de Lars Von Trier.

    Cuando leo una crítica así y los comentarios surgidos tan vicerales y opuestos en este post, sólo puedo decir que al final de cuentas y aunque no nos guste, caímos en la provocación director danés.

    Pregunto, ¿es malo que pretenda provocar con sus películas? ¿es malo que siempre busque discursos parecidos y que sus personajes tengan destinos o reacciones parecidas? ¿Está mal que tenga un estilo propio?

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  3. Capitulo uno: Justine (Kirsten Dunst).

    Este capítulo trata sobre una boda absurda, donde Justine trabaja en una empresa de mercadotecnia, es un personaje egoísta, vanidoso, bipolar y tan odioso que de verdad llegas a detestarla. Sientes lastima por la familia que le rodea y como hace miserable al novio recién casado Michael (Alexander Skarsgard).
    Capitulo dos: Claire (Charlotte Gainsburg).

    Este capitulo se trata de la vida de Claire, la hermana de Justine y de su marido John (Kiefer Sutherladn). Pero siempre aparece Justine.

    La película al inicio te trae una pequeña unión de pensamientos antes de aparecer el titulo de la misma, que puedes ir acomodando durante la trama. De repente ves un intento de hacer mas imágenes que diálogos como lo fue en “El árbol de la Vida” que por cierto aun no se si fue buena o mala.
    Se pudieron ahorrar completamente el primer capítulo ya que no tiene ningún sentido, sobre todo se pudieron evitar un personaje tan antipático como Justine, que si, actúa muy bien pero no es ningún aporte en la trama de la misma. Con haber reducido una hora de película y solo incluir el capitulo dos hubiese bastado.
    Al igual que todos en la sala termine sin saber que pensar o que decir, igual que mi acompañante.
    No, para mi no vale la pena ver una película como esta en el cine, no vale la pena sentarse 132 minutos a ver como acaba esto o saber si puedes aguantar tanto tiempo de un filme tan pretencioso, diga lo que diga Cannes, que por cierto, se me hace por demás un festival sobre valuado.

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  4. Me parece que es mejor comprender la opinión de las personas que descalificarla inmediatamente después de no coincidir con ella. Muchas veces he coincidido con Erick Estrada pero esta no es una de ellas, de hecho no logro entender como es que tanta gente considera a Melancolía una película vacía. El prólogo me parece bueno sí aceptamos que es un adelanto de lo que viene, postales que nos entrega el director de los momentos que el considera importantes o significativos. La trama sucede en un clima de tensión bien creado por una fotografía excelente, pero también por la buena dirección de actores y el buen guión, es decir por el trabajo de Von Trier. A lo largo de la película se van desarrollando personajes complejos, podemos cambiar varias veces de opinión sobre Justine y Claire y su esposo principalmente. También las situaciones cambian radicalmente (de una boda a la espera del fin del mundo) en los momentos intermedios la desesperación aparece en aquellas personas que vimos juiciosas y estoicas que vimos en un principio, mientras Justine asume la destrucción inminente del mundo como pez en el agua. Hay mucho que quisiera decir de Melancolía, muchos temas que me parecen interesantes y bien planteados por un autor que desde mi punto de vista sabe hacer cine. Seguiré tratando de encontrar lo vació y pretencioso en Melancolía, pero en verdad me esta costando trabajo.

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    • Así es mi estimado, mucha gente que se cree intelectual busca siempre un significado profundo que hable específicamente de algún fenómeno; por ejemplo, en el caso de Melancholia esperarían que tomara alguna postura sobre el papel del ser humano en la tierra, sobre la sustentabilidad, sobre alguna problemática social de actualidad, que profundizara más en el origen de los personajes y como llegaron hasta el estado en que son presentados, que utilizara arquetipos más comunes para desarrollar la trama, etcétera. Esperarían que sus recursos discursivos llevaran a un planteamiento significativo de crítica o análisis. Pero la visión original del autor nunca ha sido esa, ni en esta ni en ninguna de sus películas. Este “vacío” discursivo del que se habla, es más que nada en cuanto a las intenciones de Von Trier que nunca son claras ni buscan serlo, todo lo contrario. Sus metáforas y simbolismos son difusos, vagos pero contundentes. Lars quiere crear un vínculo puramente emocional entre su película, sus personajes y situaciones, y el espectador, crear una reacción subjetiva no descriptible mediante argumentos teóricos acertados. Y he ahí lo pretencioso de su autor: sabe que esto a muchos les molesta, y lo sigue haciendo porque sabe que eso provoca que hablen de él.
      Y aunque a muchos no les convenza, para mí es el punto que hace de esta una gran película, y una experiencia impactante.

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    • Es un discurso Nietszcheano, un aforismo puesto en escena, eso pretende Von Trier, y lo logra, la caide del hombre para que se eleve el super hombre, se cuenta sobretodo en estas ultimas dos peliculas.

      Una obra maestra a mi buen parecer!!!

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    • Totalmente de acuerdo. Hasta se puede pensar que Justine es como es porque no vive la mentira que vive una gran mayoría dentro de la cultura occidental.

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  5. Que Von Trier es inmensamente pretencioso y lo ha sido siempre y así lo será, que busca la provocación con fines de auto-promocionarse, que es auto-complaciente, y que su discurso siga siendo el mismo desde hace mucho, son hechos innegables; pero también lo es que tiene un innato talento para generar mensajes visuales estremecedores y que la expresividad que logra en sus secuencias es para deleitarse, aunque no sea para todos. Hay en la historia innumerables ejemplos de este tipo de creadores, como el para mí insoportable Dalí, como Lennon, Jodorowsky y miles más, que, sin compararlos en su genialidad o calidad, si comparten el don de hastiar con su actitud de protagonismo, de repetirse y de caer en la vacuidad discursiva. Sin embargo, no se puede escapar de la impresión indefinible que generan sus obras, siendo para mí un legítimo fin el de simplemente provocar sensaciones. Analizar de forma académica, con pretensiones de hermenéutica, semiótica, retórica y cuantas más se quiera, pertenece a las aulas de universidades.
    Me parece patético criticar un trabajo artístico (porque lo es), y aún más, de entretenimiento, con el puro argumento de “no poder entenderlo” y que “solo genera reacciones emotivas”. El argumento de Melancholia nunca intenta esconder su simplicidad en cuanto a desarrollo, ni Von Trier intenta reinventarse, ni su prólogo intenta entregar un mensaje cifrado. Ya me lo imagino intentando descifrar una obra de Max Ernst, diciendo que su discurso es el mismo de toda su obra, y que es vacio, y que no se entiende. = P

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  6. La critica carece de fundamentos, es decir le dedicas mas tiempo ha criticar al director y a sus peliculas anteriores, siento que te dejaste llevar por un supuesto “rencor” hacia toda la parafernalia en la que se ha visto envuelto el director, la pelicula es genial y visualmente increible, y tiene ese enorme plus de que mantiene tu atencion durante toda la pelicula a pesar de que desde el comienzo sabes cual sera el final. tampoco entiendo como puedes celebrar peliculas que carecen de un buen guion, y para ser honestos lei toda tu reseña, pero lo que no pude distinguir fue en que momento reseñaste Melancolia, pues todo se enfoco en Lars Von Trier.

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  7. Confieso que también sentí estar viendo la misma película, otra vez, pero en forma de collage. Desde el gran desorden injustificado de imágenes con el que comienza, la obsesividad de Von Trier por mostrarnos que, en cuestión de amor, las mujeres están impedidas por una especie de tendencia a la autodestrucción; lo predecible de las escenas ya muy repetidas en las que el sexo es una especie de ritual perverso, entre otras cosas. Todo esto, me parece, nos podría llevar a esa sobre interpretación de la que hablas, finalmente, pero, en esencia, creo que hay una gran pobreza discursiva y coincido en que se eleva con puro el aire caliente de la provocación a través de la emotividad.
    Todo el cine que he visto de Von Trier ha sido así, es cierto, pero me hace pensar, sobre todo después de Anticristo, que se presta a una analogía con el punk en la música y la polítca: es una cuestión de desafío. El punk muchas veces pasa por vacío, por falto de cultura, justo porque se opone a ella, pero en muchos casos es lo contrario. Lo difícil es saber qué hay debajo de tanta fachada, qué subyace a la apariencia provocativa, molesta e incómoda que busca provocar de primera intención. Esto resultará doblemente difícil si tomamos en cuenta que él mismo no nos hará fácil el acercamiento, pues su postura es la de ser contestatario.

    Es cierto que no toda propuesta punk se basa en la mera apariencia desafiante. Creo que a von Trier se le ha pasado esta vez la forma hasta quedarse en la fórmula, algo así como cuando el punk se “convirtió” en Greenday y conciertos masivos muy organizados.

    Creo, finalmente, que hay un conflicto creativo que se revela en sus protagonistas: la locura de Justine (enferma de una tristeza) y la cordura de Claire (enferma de odio). Sin embargo, una tercera parte no fue desvelada por von Trier, porque ya era muy tarde para aceptarlo: la de la sensatez (enferma de cobardía) para terminar él mismo con ese delirio. Así que prefirió dejarla cubierta de paja en el fondo de una caballeriza y seguir hacia su destino autocomplaciente, el final feliz a la von Trier, donde gana el que pierde: la víctima.

    Por eso, pienso, Melancolía es una visión del fin de un mundo: el de Lars von Trier,. al que le gustaría pasar a la historia como la víctima de una gran destrucción.

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  8. Von trier es asi, un pretencioso director que supone que lo que no dice es mas importante que lo que dice para que un monton de personas se la pasen interpretando lo que quiso decir con su fotografia con sus imagenes misticas y para que la experiencia estetica se base totalmente en lo “mostrado ” y vaya que funciona lei un comentario que dice que hace alusion a lo que la ciencia no puede explicar hagame usted el favor. Sentido comun! La pelicula en si no dice nada! Pero cada quien sus gustos. Si a ustedes les gusta la metafisica chido, pero habemos muchos que no y Erick Estrada es uno de ellos

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    • No es metafísica es reflexión provocada por el séptimo arte… Trier siempre se ha caracterizado por una crítica severa a la sociedad occidental, por ello quizás aluda a la ciencia; uno de los máximos pilares donde se ha puesto el rumbo de esta sociedad.

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  9. Yo vi Melancholía hace un tiempo y puedo decir que me encantó. Y nunca vi un aire pretencioso ni pedante de parte del director, la película me pareció una experiencia de principio a fin, uno se sumerge desde ese hipnotizante prólogo hasta ese emocionante epílogo. Es cierto que el guión es simple y de poco contenido, y hay cierta debillidad en el argumento, eso no lo convierte en una mala película. Creo que el comenttario viene de alguien que no ama el cine realmente y juzga a los directores por sus aristas más extremas.El cine se aprecia por lo que genera en pantalla, no por la personalidad de los directores. Tendríamos que tachar las películas de woody allen de asquerosas y subnormales solo por venir de un pervertido acomplejado como él. Melancholia no es lo mejor de Lars Von trier, es lo más digerible y comercial que ha hecho, pero aún así no es una película para cualquiera, su atipicidad en la dirección, el concepto visual, la rareza de la historia y la lentitud de algunos segmentos es para quien gusta del dogma o géneros semejantes, si gustan de ello, véanla sin pensar y no hagan caso a críticos amargados y prejuiciosos.

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  10. Y que paso con el epilogo del inicio, que sucede con esa danza de la muerte donde un punto azul se acerca cada vez más a la tierra hasta el punto de exterminarla, que pasa con esa crítica a la ciencia a la racionalidad moderna que no puede explicar algo tan esencial como la vida y la muerte; mientras que alguien un estado decadente y melancólico logra entenderlo. Definitivamente hoy no me gustaron tus dos críticas tanto la de Batman como esta de Melancolia… ¿Altair donde leiste lo de Zizék?.

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  11. Una crítica enfocada principalemente en el odio del cinéfilo por el director, no sirve porque carce de objetividad, en tu caso Erick está crítica está más enfocada en describir los defectos del director y por cierto a mí si me gustó la película, es mucho mejor que las de batman que tanto celebras y que me parecieron más pretenciosas, saludos…

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    • Coincido con Tavo, y en realidad tu critica solo me da más ganas de ir a verla. Creo que se nota que tan solo quisiste demostrar que no te gusta el director. … y entonces?… Para opiniones personales estan otras páginas de criticas, o incluso nuestros comentarios.

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      • “Una crítica enfocada principalemente en el odio del cinéfilo por el director, no sirve porque carce de objetividad (…)” Enserio, si no te gustan las criticas de un “cinefilo” te invito a que te compres una revistita de “cine” o ponle en TvAzteca y fijate que te recomiendan los viernes, Erick sabe de que habla y esta en lo cierto, Lars von trier, es un pretencioso director de cine que solo busca la atencion adjudicandose del estilo de grandes e inovadores cineastas a base de historias banales, asi que no me vengas a defender a un “cineasta” sobrevaluado, mejor ponte a observar el cine y despues ven a dar tus super comentarios!!!

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  12. Coincido totalmente. Ya se me llenó el tarro de tanto pseudo asunto, medio trama, cuasi drama y complejidad para acomplejados tipo el traje nuevo del emperador. Me pasa lo mismo con David Lynch y, hace ya un muy buen rato, con Almodovar.

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